Hoy, sábado 23 de septiembre del 2017 acaba el mundo. Fin. The end. C’est fini. Game over. Hasta aquí hemos llegado. ERROR 404 World Not Found. En los últimos años hemos vivido muchos fines del mundo que han acabado siendo una decepción total. El de 1999 por el apocalipsis previsto por Nostradamus, en 2003 según los Nuwaubians y en 2012 por los mayas. En 2013 por el nombramiento del Papa 112 tras la profecía de San Malaquías y en 2014 porque los de History Channel dijeron que el fin del mundo vikingo estaba previsto para el 22 de febrero. Y aquí seguimos, esperando.
Pero esta vez va de verdad, dicen los que saben de esto. Concretamente el autor de esta profecía es David Meade, que ha tirado de la Biblia, de un poco de astronomía free-style y de cuatro cálculos hechos a lápiz en la servilleta del bar para llegar a la conclusión de que un planeta llamado Nibiru pasará cerca de la Tierra y la liará parda, causando terremotos, erupciones volcánicas y todo tipo de calamidades que acabarán con la vida en la Tierra. Como si no tuviéramos bastante con Trump y Kim-jong Un.
¿Ha visto el amigo Meade el planeta venir hacia nosotros? No, todo gira a partir del número 33 –que aparece repetidamente en la Biblia, empezando por la edad de Cristo- y del eclipse del pasado 21 de agosto. El eclipse empezó en Oregón, estado 33 de la Unión, y acabó en el paralelo 33. Hoy se cumplen 33 días de ese suceso, que no había ocurrido con esas características desde hace 99 años, 3 veces 33, 33 veces tres –o, esto no lo tiene en cuenta Meade, 99 veces uno, o 9 veces 11, ¡incluso 11 veces 9!-.
En realidad, Meade cree que hoy no tendrá lugar el fin del mundo, sino el Arrebatamiento, un evento bíblico en el que todos los buenos cristianos serán elevados de los cielos mientras los pecadores nos quedaremos aquí abajo en un periodo así como complicado llamado los Siete Años de Tribulaciones. Sí, efectivamente, en el mejor de los casos deberemos esperar siete años para un fin del mundo en condiciones. Así que toca prepararse para sobrevivir en un páramo postapocalíptico. Y si no te sirve para este, para el próximo –que según Jeane Dixon será en 2020-.
Ve al gimnasio
Si algo sabemos gracias a películas como Mad Max es que cuando la civilización se colapse vamos a tener que pegarnos muchas carreras huyendo de tipos malos. Ya lo dicen en Zombieland, los primeros en morir son los gordos. En principio Meade no dijo nada de muertos vivientes, pero nunca se sabe. En todo caso siempre te vendrá bien bajar michelines, incluso si finalmente no pasa nada, todo sigue igual y el lunes tienes que correr para que no se te escape el autobús.
No insultar al jefe
Puede ser muy relajante irte el viernes del trabajo dando un portazo y acordándote de todo el árbol genealógico de tu jefe, pero puede no ser lo más recomendable. En el Páramo nunca sabes quién va a acabar siendo el líder del típico grupo de caníbales que te encuentras mientras huyes de los supermutantes. Mejor que te recuerde por tu gran trabajo que por tu amable despedida. Si el fin del mundo le pilla le pilla contento contigo, igual cuando te capture te pone a hacer informes y te ahorras acabar en el fondo de la cazuela. Y si el fin del mundo no llega, seguirás con trabajo.
Llena la despensa de víveres
Solteros del mundo: en el futuro postapocalíptico que nos espera no funcionarán ni Deliveroo, ni Glovo, ni Just Eat. Tocará ir al supermercado y armar bien la despensa para sobrevivir a lo que nos viene. Bueno, eso o pedirlo todo por Internet, con un poco de suerte nos llegará el pedido antes que el Fin de los Días. Te recomendamos encarecidamente que, en esta ocasión, menos del 50% del pedido sean pizzas congeladas, es muy probable que después del final de la civilización, no haya suministro eléctrico. La parte buena de eso es que por fin podrás dejar de preocuparte por la batería del móvil.
Si vas a ver a Niburu estrellarse contra la Tierra, protégete los ojos
Trump no se enteró, pero todo el mundo sabe que si vas a disfrutar de algún evento astronómico tienes que protegerte los ojos como es debido, como mínimo con unas gafas de sol. Sin embargo, teniendo en cuenta que un planeta entero se va a estampar contra nosotros probablemente en esta ocasión sea aconsejable llevar algo más, como unas gafas de laboratorio o algo así, no sea que una esquirla te entre en la pupila. Cuando todo haya acabado reinará la ley del más fuerte y es un momento muy malo para quedarte ciego. Igual un paraguas grande también ayuda.
Siéntete afortunado, cientos de generaciones han esperado esto. Tú lo vivirás
En el año 741 antes de Cristo los romanos pensaban que Roma –que para ellos era, básicamente, el mundo- sería destruida. Habían pasado 12 años desde su fundación y pensaban que las 12 águilas de Remo representaban los años que existiría Roma. Como no se cumplió, decidieron que cada águila era una década. Pero nada, que no había manera de que la destruyeran. Así que hicieron una tercera predicción, para el 389 AC. Pero tampoco, la ciudad eterna y el mundo seguían ahí.
Desde entonces se han realizado miles de profecías, todas sin excepción acabando en tremenda decepción. Pero ¡alégrate! Tú podrás ver lo que millones de humanos se han perdido. Porque si Meade no acierta, Trump y Kim Jong Un acertarán.