Si el pasado sábado te llevaste un chasco tras pasarte horas y horas esperando con palomitas a que comenzase el fin del mundo para que finalmente no ocurriera nada, estás de enhorabuena. David Meade, el numerólogo detrás de la fallida profecía del sábado, ha explicado que se le ha malinterpretado, y que el todo terminará el 21 de octubre.
De hecho, unos días antes ya había comenzado a rajarse, asegurando que "no esperaba que nada ocurriese en septiembre". Dijo que lo único que veríamos una señal sobre los cielos de Israel, concretamente una alineación de la constelación de Virgo con otros tres planetas, que él interpreta como la mujer dando a luz que aparece en el libro de las revelaciones. "Septiembre será el mes del signo".
La acción, al parecer no llegará hasta octubre. "La criptografía astronómica más reciente del inminente juicio apunta a la semana del 21 de octubre de 2017", aseguró Made al Sunday Express. Ya sabéis, apuntadlo en Google Calendar.
Otra decepción: el planeta no será destruido
Añade, además, que nuestro planeta no será destruido -lo cual es un alivio-, sino que lo que ocurrirá es que "el mundo tal y como lo conocemos terminará". Ese día tendrá lugar un evento que dará inicio a los siete años de tribulación, a los que seguirá un milenio de paz.
Según explica, el planeta Niburu causará en su aproximación a la Tierra terremotos y tsunamis, además de ráfagas solares que nos dejarán sin electricidad durante semanas o más. Sin embargo, avisa que tras la primera ráfaga tendrá lugar el Arrebatamiento, un evento bíblico en el que Dios se lleva a los cielos a aquellos dignos de ello dejando en la Tierra a los que no. Lo que es seguro es que nos vamos a divertir.