Los animales de vez en cuando pueden tener ideas peregrinas. Cualquier dueño de un perro sabrá que son capaces de intentarse comer cualquier cosa que vean por el suelo si les parece lo suficientemente apetitosa. Vitus, un burro, debía estar especialmente hambriento cuando trató de comerse un superdeportivo. Así, sin aceitunas para acompañar ni nada.
El animal vio un apetitoso coche naranja -concretamente un McLaren-, y según la policía pudo haberlo confundido con una zanahoria gigante (¿quién no lo confundiría?), que estaba aparcado cerca de su recinto, así que decidió darle un buen bocado, dañando la fibra de carbono y la pintura de la parte trasera del vehículo.
Por mucho que el vehículo tenga un más que razonable parecido con una zanahoria gigante, parece que los jueces de Giessen (Alemania) no les parece razón suficiente para excusar al animal, ni a sus dueños, que han sido condenados a pagar 5800€ a los dueños del coche por los desperfectos.
Sin embargo, los dueños de Vitus se han instalado en la desobediencia cual Puigdemont y se han negado a pagar, alegando que el dueño del McLaren debería haber encontrado un lugar más adecuado para aparcar su cochazo.