"La mayoría de peluqueros entraban en pánico cuando veían a Wyatt, pero no el señor Jacob", explica la madre de Wyatt Lafrenière, un niño de seis años que sufre de autismo. El barbero logró tal conexión con el pequeño que ahora varias madres de niños autistas los han llevado a sus retoños, aunque Wyatt sigue siendo el más joven.
"Entendí que con Wyatt iba a tener que perseguirle por todo el local con mis herramientas para poder acabar el corte", explica Franz Jacob, que desde los doce años se dedica a la barbería. Esta peculiar forma de cortar el pelo llegó a las redes gracias a una fotografía realizada por la madre del pequeño.
Su barbería, con decoración retro, está situada en Rouyn-Noranda, en Quebec. "Cierro la puerta, necesito que haya silencio", explica el barbero. La madre del pequeño lo califica de "héroe del día a día". "Se encarga de todo y no tengo que ayudarle. Me quita un gran peso de encima.
Para complicar más la historia, Wyatt es hiposensible e hipersensible, en ocasiones no siente dolor, pero también puede ocurrir que no soporte que le toquen el pelo. Franz Jacob se pone a la altura del pequeño y atrae su atención hacia distintos elementos de la decoración de su local, algo que parece funcionar para calmarlos.
También trabaja con pacientes terminales. "Cuando afeitas a alguien que te dice que va a morir en 48 horas... es algo indescriptible". Eso sí, no es el único peluquero que tiene que tirarse por los suelos para poder cortar el pelo a un cliente autista:
Autistic kid doesn't like haircuts. Barber lies on the floor to cut his hair