No, el Maestro de las Llaves no ha encontrado al Guardián de la Puerta. Las dimensiones no están chocando y el portal del infierno sigue cerrado. En los últimos días la fotografía de una criatura que parecía salida de las profundidades del Averno. Pero todos tranquilos, no es la avanzadilla de una invasión extraterrestre. En realidad se trata de una simple polilla con unas intenciones muy terrenales: sexo.
La imagen fue compartida en Facebook por Gandik, un usuario indonesio. La criatura, con cuatro enormes apéndices peludos podía haber salido de los sueños de H.R. Giger o del último juego de Pokémon. Acumuló miles y miles de compartido, elevando al insecto a una fama que no imaginaba ni Belén Esteban.
Pese a lo marciano de la criatura, es una simple Creatonotos gangis. Una simple polilla que habita el sudeste asiático y en Austrialia. Y no, los apéndices no son unos penes sobrenaturales, son unas glándulas que emiten feromonas usadas por los machos para atraer a las hembras. Porque las polillas no tienen Tinder.
Una vez ha encontrado un match, los apéndices se desinflan y lo que ocurre a continuación, suponemos, no hace falta que se explique aquí con mayor detalle.