Manifestaciones por aquí, manifestaciones por allá, comentarios vertidos en Twitter y réplicas a los comentarios que terminan convirtiéndose en hilos virales. Esta es la tónica estos días con el tema catalán, un tema del que nadie escapa y que ha eclipsado hasta a las conversaciones del tiempo en los ascensores. Tanto, que ahora en vez de quedar para ir de cañas muchos quedan para salir de "mani".
Barcelona es un constante ir y venir de manifestaciones de todos los colores. Bueno, de todos no: rojo, amarillo y, dependiendo de los organizadores de la manifestación, también con toques de azul. Por ejemplo, hoy hemos vivido en la ciudad una movilización por la Unidad de España. Y ayer ocurrió lo mismo en Madrid; con una organización que recibió una crítica concreta que ha terminado haciéndose viral.
A Twitter se viene a criticar y a hacer zascas, esta es la tendencia últimamente. Es más o menos lógico: dado que todos tenemos voz en la red social, la tentación de decirle algo a los personajes conocidos es demasiado grande. Sobre todo cuando no tienen razón y puedes demostrarlo.
Jorge Busquets no fue el único que saltó a criticar a Echenique por su desafortunado comentario: el tweet de Pablo no tardó en cubrirse de menciones. Algunas alcanzaron amplia repercusión en favoritos y retweets.
Una cosa queda clara: tenemos polémica para rato. Una polémica que dará que hablar no solo por la repercusión directa, también por los comentarios desafortunados de todas las partes. Ya se sabe: "El que tiene boca, se equivoca". O mejor: "El que viene a Twitter como a una tasca, tarde o temprano se lleva un zasca".