Irene Montero es una de las abanderadas del feminismo en Podemos. El 19 de noviembre de 1933 las mujeres pudieron acudir por primera vez a votar en España en las elecciones generales que ganó la CEDA, aunque las mujeres vascas ya pudieron participar unas semanas antes en un referéndum autonómico por el nuevo estatuto de autonomía.
La portavoz de Podemos quiso rendir homenaje a esta tan significativa fecha recordando a las tres diputadas que participaron en la constitución republicana: Clara Campoamor, Victoria Kent y Margarita Nelken.
Lo hizo en este tuit:
Sin embargo, a pesar de que en vídeo nunca dice que las tres votasen a favor del voto femenino, a muchos usuarios les llamó la atención que recordase a dos diputadas que no votaron a favor del sufragio universal, incluso una de las cuales trató de retrasarlo:
¿Por qué Nelken y Kent votaron en contra del sufragio femenino?
En 1931 se produjo el debate acerca del sufragio femenino. A pesar de no poder votar, las mujeres sí podían tener cargos electos y en aquel parlamento había tres, las antes mencionadas: Margarita Nelken, del PSOE, Victoria Kent, del Partido Republicano Radical Socialista y Clara Campoamor, también del PRRS.
Esta última fue una de las principales voces que se pronunciaron a favor de la igualdad entre ambos sexos, sin embargo, aunque pueda sorprender, las otras dos diputadas socialistas votaron en contra de su propio voto. La razón era una simple posición electoralista: creían que, por la educación recibida y por la gran influencia que la Iglesia tenía en la población femenina, su voto sería conservador y perjudicial para la República.
"Que creo que el voto femenino debe aplazarse. Que creo que no es el momento de otorgar el voto a la mujer española. Lo dice una mujer que, en el momento crítico de decirlo, renuncia a un ideal", dijo Victoria Kent en aquel debate.
Ambas pidieron que se aplazase la aprobación del voto femenino, algo que no ocurrió. El 1 de octubre de 1931, por 161 votos a favor, 121 en contra y 188 abstenciones. Tampoco se acepto que las mujeres solo pudieran votar a partir de los 45 años, ambos sexos votarían a partir de los 23 años.
De hecho Kent todavía haría un último intento para aplazar el voto femenino, presentando una disposición transitoria en la que se pedía que las mujeres no pudieran ejercer el voto en unas elecciones generales hasta haberlo hecho antes en dos municipales. Esta propuesta fue rechazada.