La vida no es justa. Mientras que muchos cafres disfrutan de todo tipo de comodidades, muchos niños sufren enfermedades que les impiden llevar una vida normal. Estos niños son el objeto de Make A Wish, una organización sin ánimo de lucro que se dedica a tratar de cumplir algunos de los sueños de estos pequeños.
Oliver tiene 11 años y sufre una enfermedad degenerativa que le afecta a la movilidad. Eso sí, no a la movilidad de la lengua: es parlanchín y con un morro que se lo pisa. Y fan de El Rubius, muy fan de El Rubius. ¿Quería conocer al youtuber? En absoluto, eso es poca cosa para él. Él lo que quería era ser youtuber, él quiere ser El Rubius.
El mundo de Oliver, el rincón de un parlanchín
Pero tener un canal de YouTube no es tan sencillo como puede parecer. Por eso Make A Wish se puso en contacto con Gordon Seen, agencia de comunicación de la youtuber Mercè Sanjuan. Allí hablaron con Oliver para ver de qué quería hablar en el canal -"quiero hablar de videojuegos y gastar bromas a la gente", decía aunque sus padres no tenían lo de las bromas. La pizza es otra de sus pasiones, y tal vez un día nos sorprenda con un vídeo de recetas... esperamos que sin piña.
Se le explicó cómo preparar un guión, se pensó un nombre de su canal, como editar los vídeos y cómo subirlos y publicarlos. Make A Wish le facilitó el material necesario: una cámara y un ordenador. La labia y el desparpajo ya los tiene él.
¿El resultado? El primer vídeo de El Mundo de Oliver:
Mercè Sanjuan también le ha dedicado un vídeo a esta emotiva experiencia:
"Hemos trabajado con muchos youtubers, pero a pocos se le ha visto la ilusión de Oliver. Tiene una personalidad enorme y no calla. Es un liante que tan pronto se ha subido a tu monopatín, a pesar de que le cuesta, como ha puesto a medio equipo a jugar a futbolín", explica Mercè Sanjuan a EL ESPAÑOL. "Si yo fuese sus padres me andaría con cuidado con los vídeos de bromas, porque tiene un peligro...", cuenta entre risas.
Una experiencia diferente con un YouTuber diferente. De momento Oliver solo ha subido el vídeo introductorio al canal, pero es que compatibilizar la preparación de los vídeos con los deberes de matemáticas no debe ser nada fácil, "pero seguro que si ve cómo suben los suscriptores se motiva para mostrarnos hasta el último rincón de su mundo", dice Mercè.