Hay que reconocer que tiene mérito la historia que vas a leer a continuación. Yo, si pudiera, le pondría un equipo de seguimiento con cámaras las 24 horas al conductor protagonista porque me gustaría saber qué es lo que declara.
Según podemos leer en La Vanguardia, una furgoneta ha sido decomisada por haber acumulado casi siete millones de euros en multas, la mayoría de ellas por exceso de velocidad. En total suman 2.278 infracciones. Por el momento se desconoce si hay recargos por impago, intereses o similares, que le podrían sumar un pico al asunto.
El caso es que el vehículo que ha realizado tamaña hazaña no es un deportivo sino más bien todo lo contrario. Se trata de una Volkswagen Kombi construida en 2008, por lo que lleva tan sólo 9 años de multas. Si dividimos el total entre estos 9 años, nos salen 253 multas al año. O lo que es lo mismo, 0,7 multas al día, es decir, una multa día sí día no.
Pero ahora viene lo mejor de todo, cuando la policía militar dio el alto al vehículo, el conductor tenía el permiso de conducir caducado desde 2013. ¡Ole tus huevos morenos! Sólo le faltaba ir sin cinturón, hablando por el móvil e introduciendo una dirección nueva en el GPS.
Es por todo esto que, si pudiese, pondría un equipo de seguimiento al conductor porque a mí, todo esto, me huele a gato encerrado. Para empezar, la furgoneta no tiene pinta de correr mucho, el conductor con el carné caducado y las multas casi diarias sin hacerles caso. Tengo la sospecha de que aquí detrás hay una apuesta en plan quién la lía más grande porque si no, no me puedo explicar esta maravilla.