¿Qué estabas haciendo hace exactamente un año? Seguro que te enteraste del fenómeno viral del momento: un youtuber especializado en bromas de cámara oculta colgaba su último vídeo en el que recibía una bofetada. ¿Lo recuerdas? Si te decimos que la palabra mágica es "caranchoa" seguro que terminas por situarte: el youtuber recibió la bofetada de su vida. Y por partida doble ya que no solo fue física, también le arrastró a una espiral de fama que terminó con su carrera de bromista online.
Pongámonos en situación, este es el vídeo de la polémica. Un repartidor de paquetes estresado, MrGranBomba haciendo de youtuber gracioso y un insulto sin mayores pretensiones que terminó haciéndose viral. Hace un año nacía el mítico "caranchoa".
La sucesión de acontecimientos que siguió a este vídeo viral fue vertiginosa. Vídeo que recibe millones de reproducciones en YouTube, comentarios que viran de la gracia a reírse del youtuber asegurando que se merecía la bofetada (además de muchos otros insultos), MrGranBomba que se ve obligado a cerrar su canal... Todo para terminar en juicio
El juez le condenó al repartidor a pagarle a MrGranBomba una multa de 30 euros. Pese a que el youtuber apeló en busca de una indemnización, el juzgado de Alicante la negó debido a que el transportista intentaba defender su furgoneta de reparto. Como coincidió la opinión pública en su momento, el estrés del repartidor influyó en su forma de actuar; más allá de que el bromista se mereciese o no la bofetada.
¿Y qué ha ocurrido con los protagonistas del suceso? Sergio Soler, el youtuber antes conocido como MrGranBomba, borró todos los vídeos y desapareció de las redes sociales. Su canal de YouTube, con más de 400 000 suscriptores, terminó comprándolo la marca de gafas Hawkers para rehacerlo a sus necesidades aprovechando dicha base de suscriptores.
En cuanto al repartidor con la mano floja, Ricardo Osorio, continúa en su trabajo desde el anonimato. La última vez que supimos de él fue tras la sentencia de la Audiencia de Alicante: el juez le condenaba a pagar los 30 euros de multa. Ricardo planteaba querellarse contra Sergio por vulneración del honor; algo que habría evitado con un más que posible acuerdo entre ambas partes.