La prostitución es un tema polémico per se en el que cualquier posicionamiento lleva implícito un posible estigma. Quienes hacen uso de la prostitución, quienes la ejercen, los que buscan su abolición, también aquellos que desean su legalización en pos de convertir a las prostitutas (y prostitutos) en trabajadoras (y trabajadores) del sexo... Resulta habitual poner palabras en boca de otro para expresar una opinión generalizada que quizá no lo es tanto. Como ocurrió con la célebre campaña viral de "Soy putero" que protagonizaron Teresa Lozano y Zúa Méndez hace unas semanas.
Antes de comentar la postura contraria, la de quienes ejercen la prostitución, debemos refrescar la memoria con el célebre vídeo abolicionista de "Soy putero". Vayamos con ello.
La generalización está clara: cualquiera que demande los servicios sexuales, sean o no ofrecidos de manera 100 % consentida, es un putero. La trata de personas es una realidad que hay que perseguir y denunciar, sobre ella no se admite opinión alguna. Caso contrario de quienes ofrecen su cuerpo de manera voluntaria y por los motivos que estimen oportunos. ¿Se les debe privar de esa libertad mientras se les estigmatiza?
La respuesta del otro bando a los abolicionistas llega también en forma de vídeo en YouTube. En él se plasman las opiniones de prostitutas que ejercen su profesión voluntariamente.
El nuevo vídeo busca obtener idéntica viralidad al de "Yo soy putero" para que así todos conozcamos la opinión de quienes trabajan con su cuerpo por elección propia. Aparte de polémicas, enfrentamientos dialécticos, de calificaciones y opiniones sesgadas, la prostitución es mucho más que un putero contratando los servicios de una puta.