Las resacas son como los partos. Existe un extraño mecanismo mental destinado a hacernos olvidar el dolor para lanzarnos de nuevo a los brazos de las bebidas espirituosas una noche más.
Además, la del 31 de diciembre es una de las citas ineludibles. Hasta los que no suelen cometer excesos, los cometen, enarbolando la bandera del “feliz año” y sus mejores galas findeañeras.
Eso sí, como dicen las madres, “noches alegres, mañanitas tristes”. Así que, como “el cuerpo las hace y el cuerpo las paga”, vamos a ver qué tipo (o tipos) de resaca podemos estar sufriendo este 1 de enero.
1 – La amnésica
Conocida de sobra, compañera fiel de los domingos por la mañana. El debate está en si reconstruir la noche en el grupo de WhatsApp con tus amigos va a ser buena idea o no. A veces es mejor vivir en la ignorancia.
2 – La que pasas en el WC
Abrazados al WC o postrados en él, una de las resacas más insanas y desagradables tampoco falta a su cita, aunque la culpa seguro que la tienen las gambas de la cena y no las 15 copas que te has bebido.
3 – La de la comida familiar
Una de las más temidas. Madre que te mira con cara de decepción, abuelos preguntándote qué tal lo has pasado, niños gritando a tu lado para que te estalle la cabeza...
4 – La de vegetar en el sofá
Los únicos movimientos que tu cuerpo va a permitirte son ir de la cama al sofá, del sofá a la puerta para recoger la pizza que has pedido, y de la puerta al sofá de nuevo. No querrás que llegue el día 2 nunca.
5 – La de abrazarte a la botella de agua
No va a llegarte todo el agua del mundo para saciar tu sed. Más que lengua tienes un trapo de esparto y cada vez que tragas sientes tanto asco de ti mismo que estás a punto de comerte el tubo de pasta de dientes.
6 – La de “no vuelvo a beber”
Otro clásico resaquil. Es tan mentira, que ni tú mismo puedes ocultar una media sonrisa cuando estás pronunciando esta frase.
7 – La de “¿cómo estoy así si no bebí tanto?”
¿Qué es no beber tanto? ¿Haber bebido dos vasos de agua en vez de cuatro o, quizás, haberte bebido cubatas como cuando tenías 20 años?
8 – La de “me dieron garrafón”
Lo más probable es que sí, te hayan dado un garrafón horrible ayer. Seguro que las tres pintas de cerveza, los diez chupitos de ThunderBitch y las cinco copas que te tomaste nada han tenido que ver con tu estado actual.
9 – La de “no estoy para estos trotes”
Frase recurrente cuando pasas la treintena y ya has dejado de tener callo. Parecen tan lejanas aquellas Nocheviejas en las que llegabas casi el 2 de enero a casa y al día siguiente no tenías que trabajar...
10 – La de ser una farmacia con patas
Todos tenemos un boticario dentro de nosotros. Sobre todo, cuando se trata de liberarte del atroz dolor de cabeza, el ardor estomacal y otros daños colaterales del nuevo año.
11 – La depresiva
Nunca tomes decisiones de resaca. Todo se ve negro, horrible, te sientes mal... ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Es normal estar a los 30 tirado en el sofá como un despojo humano? Calma, mañana es otro día, ponte una peli y no pienses mucho más.
12 – La de acordarte de tus cagadas y querer morir
Con razón decíamos que durante la resaca amnésica a veces es mejor mantenerse alejado de las verdades. Nada peor que recordar aquel secreto que confesaste anoche, cuando el alcohol te alarga la lengua, o la chorrada que le soltaste a aquel desconocido a quien habías fichado por Instagram. ¿Quién no se ha tapado la cara para huir de su yo borracho?
13 – La de levantarse pedo
Lo mejor que puedes hacer por tus amigos cuando tengas una resaca como esta -benditas sean-, es hincharte a mandarles audios por WhatsApp. En realidad se están riendo de ti, pero mira, les alegras la vida y te van a querer más.
14 – La del postureo runner
Menos mal que yo esta sí que nunca la he tenido. ¿Cómo va a ser sano eso de levantarse a las dos horas de pillar la cama para ir a correr una maratón? ¡Qué daño ha hecho la San Silvestre!
15 – La de levantarse en cama ajena
Además de desorientado, cuando tienes esta resaca pueden pasar dos cosas. La primera es que cuando te gires en la cama te topes con alguien que te gusta, que eso mola. La segunda, obviamente, es que te encuentres con alguien que te motiva poco o nada. Si pasa esto, sal corriendo, no te tomes ni el café.
16 – La de estar salidísimo/a
¿Qué clase de química invade nuestro cuerpo en este tipo de resacas? Que cuando tienes pareja, pues están muy bien, pero ¿qué pasa con las solteras y los solteros que se levantan en la más plena adolestreinta?
17 – La de haberse gastado el sueldo
Un vago recuerdo al levantarte se confirma cuando abres tu cartera... ¿Cuántas veces habré ido ayer al cajero? Revisas los bolsillos y el bajón ya es absoluto. Confirmas con la banca electrónica y quieres morir o teletransportate al comienzo del mes que viene.
18 – La de perder tus pertenencias
Ni en tu bolso, ni en tu abrigo, no está. Has perdido el móvil, la cartera, la chupa de cuero... Todo se puede perder, incluso la vergüenza, que si te da mucha siempre puedes decir que te han robado. A veces, incluso, es cierto.
19 – La de mendigar abrazos
La peor resaca para los solteros, la exclavitud de las tardes de sofá y Dirty Dancing sin nadie más debajo de la manta. Aunque, hay que reconocerlo, estirarte por completo sin que te molesten al otro lado del sillón vale millones.
20 – La que no existe porque eres joven y te odiamos
“Como te ves me ví y como me ves, te verás”. Hay que empezar a decir frases de señora cuanto antes para contraatacar a los jovencitos que después de una noche de farra se levantan para ir a la comida familiar con buena cara, dan un paseo por la playa, ven unas pelis, se acuestan con alguien y empiezan el día 2 como unas rosas y con dinero. Os odiamos, pero con cariño y nostalgia.