La llamada “deshumanización” de los partos en los hospitales de nuestro país es uno de los argumentos que esgrimen las familias que optan porque sus hijos nazcan en casa.
Los datos sobre el aumento de las cesáreas en España que ofrece el Ministerio de Sanidad avalaría esta teoría, llegando a realizarse hasta en un 25 % de los casos, cuando la tasa fijada como idónea por la Organización Mundial de la Salud oscila entre un 10 % y un 15 %.
Jackie Calleja, Ginecólogo y Obstetra en Bmum Madrid, empezaba este 2018 atendiendo un parto que se complicó debido a una hemorragia por atonía uterina. Lo explicó desde su cuenta de Twitter, añadiendo además un alegato en favor de los partos en hospitales.
Las reacciones no tardaron en llegar, convirtiendo las respuestas a su tuit en un auténtico debate entre los partidarios de dar a luz en el hogar y aquellos que lo consideran una práctica de riesgo:
El doctor Calleja va saliendo al paso de los comentarios, aclarando que no niega que haya que humanizar los partos, pero que todavía queda mucho camino por recorrer en España para garantizar la seguridad de aquellas madres que quieran dar a luz en el entorno doméstico:
La muerte de Caroline Lovell hizo saltar las alarmas
El fallecimiento en 2012 de la activista australiana defensora de los partos en el hogar mientras daba a luz a su hija en casa fue una paradójica tragedia que sirvió para poner el foco en los riesgos innecesarios que entraña esta práctica.
Ella sufrió un paro cardíaco y fue trasladada al hospital, pero no sobrevivió. La última víctima de este tipo de partos fue el bebé de una matrona de La Rioja, que fallecía horas después de haber nacido en su casa.
Su parto doméstico se había complicado y acudió al servicio de Urgencias del Hospital de San Pedro en Logroño con el bebé, al que consiguieron estabilizar y decidieron trasladar al Hospital Cruces de Vizcaya, donde finalmente no pudieron salvarle la vida.