No, no me felicites el 8 de marzo porque todavía no tengo nada que celebrar. Las feministas contemplamos perplejas cómo el capitalismo está intentando engullir una fecha de lucha y reivindicación como es el Día Internacional de la Mujer, lanzando campañas y consignas que solo ayudan a distorsionar el mensaje principal.
Este, no es otro que el mismo que llevamos repitiendo siglos: queremos vivir libres. Por eso, se hace más necesario ahora que nunca marcar esa fecha en el calendario con el rotulador rojo de la reflexión colectiva y la sororidad.
Este fin de semana Zaragoza ha servido de escenario para un encuentro estatal al que han acudido más de 400 mujeres para estructurar la participación en la Huelga Internacional de Mujeres del próximo 8 de marzo, cuya convocatoria se está formalizando a través de esta web y se visibiliza con el hashtag #HaciaLaHuelgaFeminista.
Feminismo interseccional
En su manifiesto explican que este 2018 quieren llegar más lejos que ese primer parón que se realizó en España el pasado año y “visibilizar con una huelga más amplia nuestra fuerza, nuestra rabia y dolor, y a la vez nuestra alegría compartida de sabernos fuertes”.
Esta huelga trasciende lo meramente laboral porque “la participación de las mujeres es nuclear en todas las esferas de la vida”, así que pretenden alcanzar otros espacios como el de los cuidados, el consumo, la vida estudiantil y la asociativa.
Como son múltiples las desigualdades “que nos sitúan en lugares muy diversos frente al patriarcado”, aseguran, apelan a un feminismo interseccional que va desde el trabajo asalariado hasta el ejercicio de los derechos de las mujeres, pasando por la formación o la participación ciudadana: “hay un hueco para todas”, inciden.
¿Por qué hacen huelga?
El argumentario de la convocatoria reconoce que las violencias machistas son una “forma de domminación” y se trata de algo “intolerable que no podamos ser autónomas y dueñas de nuestras vida” o que “caminar por las calles nos produzca miedo”.
El control de la vida sexual y reproductiva es otro de los motivos que esgrime el colectivo, así como los límites impuestos a la movilidad humana, “el racismo y la xenofobia”.
Las mujeres también pararán para darle un golpe al “patriarcado y el capitalismo” que, “con su lógica del beneficio y de la acumulación capitalista, van en contra de lo que proponemos, generan fuertes desigualdades, relaciones de poder y destrucción de los recursos y las condiciones necesarias para una vida digna”.