Cuando pedimos comida a domicilio y ofrecemos nuestros datos sin poner impedimentos queremos pensar que se trata de un procedimiento seguro y que no tendremos que lamentar esa acción tan habitual al otro lado del teléfono.
Esto mismo es lo que pensaba Michelle Midwinter, una mujer inglesa que, después de pedir comida a domicilio, empezó a recibir mensajes a través de WhatsApp del repartidor que se la había llevado a su casa y que creyó que esa sería una buena forma de intentar 'ligar' con ella.
Michelle había pedido su cena a través de la aplicación JustEat y este hombre habría apuntado su teléfono, que figura en el tique de compra. Así que al rato, recibió un mensaje en su teléfono de un número desconocido. Era él.
Le preguntaba si tenía pareja, se refirió a ella como “baby” y le emplazó a que ambos se viesen de nuevo cuando le llevase su comida otra vez, asegurando que podrían llegar a ser amigos.
La mujer, tajante en su respuesta, decidió ponerlo en conocimiento de la empresa y publicar capturas de ambas conversaciones en Twitter.
Ser acosada por el módico precio de 10 libras
Según estos mensajes, JustEat habría echado balones fuera, responsabilizando al restaurante y ofreciendo en compensación un descuento de 5 libras que después subiría hasta las 10 libras, algo más de 11 euros.
La BBC recoge las declaraciones de Michelle al Newsbeat, en las que afirma que “al principio me sorprendió el hecho de que alguien se pudiese acercar a mí de esa manera, me hizo sentir muy incómoda al darme cuenta de que este tipo tenía mi nombre, dirección y teléfono”.
La respuesta de JustEat tampoco le convenció, tachando el incidente como un “inconveniente” cuando ella considera que es “un comportamiento absolutamente escandaloso y repugnante”.
Está siendo investigado
El Newsbeat se ha puesto en contacto con la plataforma de venta de comida online, que dijo estar “profundamente preocupada”, explicando que el repartidor no representa a la compañía y que estaban investigando al restaurante implicado.
“El repartidor implicado en el incidente ocurrido en Reino Unido ha actuado de una manera que no representa a Just Eat y nuestros valores fundamentales. El equipo de Just Eat en Reino Unido está investigando el incidente con el restaurante socio, y también está hablando con el cliente afectado. Si el cliente decide tomar acciones legales, por supuesto, Just Eat ayudará a la policía con cualquier investigación”.
Sobre la respuesta recibida a su primera queja, Just Eat asegura que “estamos consternados por la manera en que el incidente se gestionó cuando el cliente se puso en contacto inicialmente con el equipo de atención al cliente, ya que carecía de empatía y no refleja nuestras políticas y valores. La compañía ha establecido procedimientos para tratar las quejas de los clientes incluyendo el escalado de la incidencia e involucrando al equipo de cumplimiento, que intervendrá si un problema no se resuelve satisfactoriamente en el primer contacto".
Además, se han puesto en contacto con Michelle para brindarle su colaboración si ella decide formalizar una denuncia ante la policía, y han pedido disculpas por cómo se había gestionado esa primera queja de la que ella había dado cuenta en Twitter.
Las mujeres expuestas ante la inseguridad
Tras la denuncia pública en la red social, lo que más sorprendió a Michelle es la cantidad de mujeres que se han puesto en contacto con ella para relatarle experiencias muy parecidas.
“Esto ya no va sobre mi experiencia personal, se trata de la ley de privacidad y protección de las mujeres. Es claramente un gran problema y es necesario detenerlo”, escribió.
“Confiamos en las compañías con nuestros datos personales y que sean utilizados de esta manera es inaceptable", afirmaba en el Newsbeat, abriendo el debate sobre esta posible exposición íntima de las mujeres que podría estar generando condiciones de inseguridad y falta de privacidad.