El día que no tengamos una profecía apocalíptica anunciando el final de todas las cosas de forma inmediata ¡asustaos! eso significará que, realmente, estaremos todos a puntito para estirar la pata. Ahora conocemos una nueva fecha para el Apocalipsis: el 24 de junio, así, reventando San Juan sin piedad.
Así que nada ¿sabes esas vacaciones tan majas que tenías preparadas para ir a Bali en julio y que ya has pagado? Pues mira la letra pequeña del hotel a ver si aceptan el Cataclismo Final. Aunque hay cosas peores, no vamos a ver el final de Juego de tronos. Ese es el verdadero drama.
Cómo predecir el fin del mundo con la Biblia y una calculadora Casio
¿Cómo y quién es el visionario que ha dado con la esperadísima fecha del fin del mundo? Pues ha sido un teórico de la conspiración, Jean-Marc Joseph Rodrigue, quien ha elaborado un complejísimo estudio a partir del libro de las Revelaciones. En particular de un versículo que reza "le dieron autoridad para actuar durante 42 meses".
A eso le sumó la fecha de la cosecha (¿cosecha de qué? preguntarás tú, ignorante) y el precio para obtener una fecha, además de 666 porque siempre queda bien: el 24 de junio de 2018. ¿Cómo ha obtenido una fecha de esto? Solo alguien que se ha tragado todas las mentiras oficialistas satánicas se plantearía algo así. Al fin y al cabo ¿cuándo una fecha del fin del mundo sacada de la Biblia se ha equivocado?
Lo malo es que no dice nada sobre qué ocurrirá. No sabemos si será una plaga zombie o el pedo de un agujero negro ¿tal vez las hogueras de San Juan se nos irán de las manos?. Este Rodrigue sí que sabe mantener la tensión.
Esperando al fin del mundo
Según el Daily Star, este nuevo profeta escribió: "escuché una voz en medio de cuatro seres vivos. Este es sabiduría, él, que tiene inteligencia puede interpretar el número de la bestia, que representa el nombre de un hombre, el 666". Suena convincente.
El pasado mes de septiembre ya nos enfrentamos a la promesa del fin del mundo, obra de David Meade, un numerólogo que predijo que el planeta Niburu se estamparía contra la Tierra. Ante el fiasco, decidió que se atrasaba hasta el 21 de octubre, que al final también resultó ser pólvora mojada y ningún planeta misterioso decidió hacer tiro al plato con nuestro hogar. Ni siquiera un meteorito pequeñito, ni Donald Trump con su botón rojo. Nada, solo aburrimiento.
Pero que no cunda el pánico. En los últimos años hemos sobrevivido al eclipse de Nostradamus, al 2012, al fin del mundo de 2003 del que habían avisado los nuwaubians, al de 2012 de los mayas, al de 2013 de San Malaquías y al del año pasado ¡dos veces! Con este currículum una suma rara no tiene que asustarnos.
Y otro fin del mundo que nos habremos pasado. Cinco. Y decía mi padre que no iba a lograr nada en esta vida...