No hay por qué ponerse trágicos ya que el ciclo de la vida es el que es y no lo podemos cambiar; al menos de manera genérica, porque luego hay ejemplos como el de Jordi Hurtado. Nacemos, crecemos, intentamos reproducirnos, lo seguimos intentando, pagamos todas las facturas a principio de mes para llegar con dificultades al final y terminamos rodeados de tierra hasta el fin de los días. O no, porque existen cientos de tradiciones funerarias más allá del velatorio y enterramiento.
Démosle una pátina de humor al tema ya que la muerte no tendría por qué ser tan trágica. Esa es la intención de una gran cantidad de ritos que buscan relativizar el último momento para que la despedida no sea traumática para quienes quedan atrás. Aunque, vistos los siguientes ejemplos, algunos consiguen lo contrario.
En Madagascar se van de fiesta con los huesos
Lo de no dejar descansar a los muertos se les fue de las manos a un pueblo de Madagascar, los Malagasi. Estos tienen la costumbre de exhumar a los muertos, cambiarles la mortaja y bailar con ellos como si hubieran regresado del otro lado. Una vez les dan un segundo velatorio los vuelven a enterrar, para que descansen... hasta la próxima fiesta. Esta tradición se llama Famadihana.
¡Que me coman los buitres!
Esto podría ser la venganza de alguien con el que nos enemistamos en vida, pero es tal que así en el Tíbet: es el llamado "entierro celeste" o "Entierro del cielo". Este ritual ancestral del pueblo budista consiste en dar de comer a los buitres con el cuerpo del fallecido. Y si aún no se te ha cortado la digestión, espera: antes de alimentar a las aves de rapiña se ha de cortar y trocear el cadáver para que a los buitres les resulte más sencillo. "Fast food gore".
Pues yo quiero un ataúd de pescado
Maderas nobles, tapizado interior en color beige, diseño clásico con barniz brillante... Así podría ser el ataúd de cualquier país del mundo, menos en Ghana. Allí acostumbran a enterrarse de forma estrambótica como una última burla a la muerte. Ya lo decíamos antes, es importante desdramatizar el último adiós. Así que, ¿por qué no irse al otro mundo subido a un pescado? O a una bombilla, una máquina de coser... Esta galería de CNN en español no tiene desperdicio.
Convertir al muerto en pequeñas perlas
No es algo extraño ya que los servicios funerarios le han echado imaginación para así ampliar el catálogo. Convertir las cenizas en diamante, por ejemplo; aunque la moda de transformarlas en pequeñas perlas se ha convertido en tendencia en Corea del Sur. Como contaba Los Angeles Times, esta costumbre se está arraigando debido al escaso sitio que existe en los cementerios locales. Y claro, un bote con perlas es más pequeño incluso que una urna.
Los suecos se toman su tiempo para el funeral y el entierro
En Suecia la muerte va despacio. Tanto, que los funerales suelen celebrarse entre una y tres semanas tras el fallecimienro. Dependiendo de la religión, y de los deseos de la familia, el proceso puede alargarse más o menos, pero nunca más de un mes: está prohibido por las leyes del país. Puedes leer esta y otras costumbres suecas relacionadas con la muerte en su página de información gubernamental.