Amazon es uno de los métodos más seguros para comprar en la red, sin embargo siempre pueden darse situaciones extrañas. Muy, muy extrañas. Como por ejemplo comprar un sencillo gorro para una sauna se puede convertir en una historia de contrabandistas, quizá un poco torpes.
La periodista Meaghan Day hizo lo que muchos hacemos cuando queremos comprar algo: mirar en Amazon antes que en ningún otro lado. Encontró un divertido modelo con la ilustración de un pozo petrolífero y la palabra "oligarca". Ella, que escribe en una publicación que se describe como la voz de la izquierda americana, pensó que la broma era divertida y lo compró.
El envío era realizado por un vendedor ucraniano llamado "Russian Bear" (Oso ruso) y tardó casi un mes en recibirlo. Cuando lo hizo, la sorpresa no pudo ser mayor:
"Oh, chico. Tengo una historia para ti. Intenté comprar unos gorros de sauna que ponía "oligarca" a través de un vendedor de Amazon llamado Russian Bear, para mi y mis amigos que nos gusta la sauna. Era una broma (aunque de verdad quería uno).
"Un mes más tarde recibo el paquete de Ucrania, que contenía solo una medicina cubana de contrabando para el cáncer. Está hecho de veneno de escorpión azul. Ya está, esta es mi historia".
El veneno del escorpión azul se ha usado en la medicina tradicional cubana como ingrediente para fabricar antiinflamatorios y sus efectos anticancerígenos son un mito que se ha propagado a través de la red, pero ningún ensayo médico los avala.
Meagan se tomó la situación con humor, y el mensaje que envió a su novia no tiene desperdicio:
"Tenemos un vial de veneno de escorpión cubano en casa ahora que vale 100 dólares y cero gorros de oligarca. Lo siento".
"Actualización: me han devuelto el dinero de los gorros de oligarca sin comentarios.
Además: el veneno de escorpión al parecer en muy valioso, así que si alguien tiene ideas para capitalizar la sitación, hacédmelas saber. Gracias".
Desconocemos si compró tantos gorros como para igualar el valor de las medicinas. En todo caso es una pena no tener imágenes de la cara del autor del envío en el momento en el que se dio cuenta de la metedura de pata.
Quizá algo así: