Hoy amanecía otro día històric en Cataluña. Era el debate de investidura, el día que se debía investir, de nuevo, a Carles Puigdemont como Presidente de la Generalitat, desafiando a todas las leyes del opresor estado español. Pero como tantas otras veces el día històric ha quedado aplazado en este "vuelva usted mañana" continuo que es el procés (y luego dirán que no son españoles).
Pero que se haya aplazado el pleno de investidura no implica que no nos haya dejado imágenes absurdas. El proceso independentista catalán comenzó como House of Cards pero ya parece Farmacia de Guardia, o mejor dicho, Los hombres de Paco.
Y es que en la obsesión por impedir que Puigdemont accediese al Parlament, los Mossos d'Escuadra han sido especialmente diligentes a la hora de vigilar las entradas, hasta tal punto de inspeccionar el taxi en el que llegaba Xavier Domènech, diputado de Catalunya en Comú-Podem, incluido el maletero.
El diligente ha definido la situación -con gran acierto- a La Vanguardia como "un sinsentido". Y es que ver a los Mossos buscando en el maletero de un coche al candidato a ser investido es un absurdo total. La imagen no tiene desperdicio:
Se trataba de un control aleatorio. “Cuando he entrado en el Parlament con el taxi, me han hecho parar en la entrada y han registrado el coche”, explicaba Domènech. El taxista se ha puesto nervioso cuando los agentes se disponían a investigar el maletero, que parece ser tenía desordenado.
Suponemos que los Mossos esperaban encontrarse algo así:
Pero no. Se había especulado con una aparición sorpresa de Puigdemont después de que publicase una foto de las cercanías del Parlament en su cuenta de Instagram. Pero claro, unas horas antes de aparecer en Bruselas subió una foto del interior del Palau de la Generalitat, por lo que esta nueva imagen bien podía significar que estaba en Sevastopol.
Tendremos que esperar unos días más para ver la conclusión de este fantástico circo volador en el que se ha convertido la política catalana.