Parece que esto de ponerle un precio a la virginidad se está haciendo bastante popular. Si el pasado octubre era una mujer china quien intentaba vender la suya por 3.500 euros a través de un foro para comprarse un iPhone, el caso de esta joven brasileña tiene un objetivo, por lo menos, algo menos banal.
Rosalie Pinho, de 19 años, ha decidido dar el paso e intentar subastar su virginidad para ayudar a su familia en un momento de complicaciones económicas. La idea es poder mudarse a otra ciudad, comprarle una casa a su madre y pagarse la universidad, contó al Daily Mail.
Explica que solamente se ha dado algunos besos con chicos, pero que no ha ido más allá. Además, cree que es mejor perder la virginidad con un desconocido que con alguien que le rompa el corazón.
“Es mi cuerpo y son mis reglas”
La subasta se inició en 300.000 euros, pero ahora ha llegado ya a los 500.000 euros y Pinho espera incluso obtener unos 850.000 euros para poder cumplir con su hoja de ruta. Todos los candidatos son bienvenidos a la puja, sin restricciones de edad o raza, lo único que tienen que garantizar es no ser portadores de enfermedades de transmisión sexual.
Pinho ha esquivado las críticas asegurando que “vivimos en la era de la libertad sexual, es mi cuerpo, son mis reglas” y garantizando que la subasta se celebrará. El hombre que gane la puja pasará doce horas con ella.
Su entorno no sabe nada
Pinho confiesa que su familia y sus amigos no conocen sus intenciones, explicando que “es un secreto porque me preocupa mucho más lo que piensen ellos que lo que piense la gente de mí”.
Ella ha creado su propia web y es ahí donde se está llevando a cabo la subasta, que finalizará en mayo. Se trata de una idea que le inspiró otra mujer que hizo lo mismo, Catarina Migliorini. La ley brasileña no prohíbe vender sexo, pero sí está penado emplear trabajadoras sexuales y operar en prostíbulos.