Cuenta la leyenda que el 6 de febrero de 2018 hordas de fanáticos de OT asaltaron las farmacias en busca de un remedio para la ansiedad. Con más ojeras que un oso panda deambulaban intentando conectar con la academia en directo a través de un canal de YouTube que ya no existía.
Sin rumbo, perdidos y en el lodo, sí lloraron. No han desayunado ni han comido, y tampoco cenarán. Ya no recuerdan cómo eran sus vidas antes de ese fatídico 23 de octubre. Sus familias, en cambio, están aliviadas. “Podré recuperar a mi hijo”, confesaba una madre, sollozando.
Ni siquiera Operación Triunfo se ha librado de la dualidad vital que hace que el mundo siga girando: los finales. No hemos tenido tiempo de prepararnos lo suficiente como para reaprender a vivir de nuevo sin nuestros colegas del otro lado, y que no duela.
Porque eso es así, ya son nuestros colegas (aunque no sepan que existimos). Nos hemos sentado a la mesa con ellos, les hemos acompañado en el sofá, nos hemos reído y hemos llorado. Fuimos ese convidado de piedra que nunca pudo pedir la palabra, pero que se lo sabía todo. Tenemos dependenciOT.
El primer día del resto de nuestra vida
La terapia, en grupo, siempre es más efectiva. Y lo que el Twitter ha unido, que no lo separe Gestmusic. Nadie pone en duda que el de OT 2017 ha sido todo un fenómeno, pero por si acaso, siempre está bien visualizar cómo de calentitas estaban las redes en la final que se celebraba este lunes:
Con Amaia ganadora -crónica de una victoria anunciada-, una poderosa Aitana en segundo puesto y la sorpresa de la gran Miriam cerrando el podio, tocaba no escuchar cantar a Bisbal y afrontar el último chat. EL ÚLTIMO CHAT, sí. Pestañeamos un segundo y Noemí cerraba por vacaciones. Se olía el DRAMA.
Llegaba entonces el momento en el que la realización de todo reality nos hace un ocho en el esófago: los planos de la academia vacía y las luces apagándose. OS ODIAMOS, Gestmusic.
Ante tal vacío existencial buscamos refugio en los Javis, reyes del Instagram más fiestero. Y allí estaban sus stories, llenas “de verdad”, contándonos retales de la fiesta de nuestros colegas en la que no estábamos. Stalkeamos hasta que no pudimos más -después de haber visto unas 20 veces cada una-, y lloramos fuerte hasta que sonó el despertador.
Lo peor vendría al desayuno. Cuando sacas tu aguacate -que nunca antes del 23 de octubre habrías desayunado- para untarlo en las tostadas con un poco de aceite y un poco de sal. Y, mientras se hace el café, repites el acto reflejo de cada día durante estos tres meses y medio. Pero no, ya no hay nadie allí.
Lloramos de nuevo y revisamos el móvil. Vamos a emplear la misma táctica que utilizamos (o deberíamos haber utilizado en vez de engañarnos) cuando queremos olvidar a una expareja: borramos su rastro. Que nada nos recuerde a él o a ella.
Pero entras en Twitter. Y allí no hay escapatoria porque todos (o casi, recordemos que hay una extraña raza de haters de OT) están igual que tú: vacíos por dentro.
Hay quien se alegra del dolor de los demás...
...aunque hasta los más insospechados hayan salido del armariOT...
…y quien emplea el mítico -pero no por ello menos efectivo-, “que me quiten lo bailao”:
Pero, sobre todas las cosas, hay decenas de tuits y memes que te representan:
Corre hacia la luz
Te sorprendes a ti mismo en la oficina escuchando en bucle tus canciones favoritas de las galas. Te estás hundiendo en la mierda pero mucho y, de repente, ves la luz al final del túnel:
Así que venga, espabila, chute de positivismo. Subidón. Vas a por un café e incluso hablas con tus compañeros de algo banal. Pero cometes EL ERROR de pensar en el próximo lunes, que volverá a ser un lunes de verdad. Porque habías dejado de odiar los lunes por OT y ahora volverán a ser odiosos, y ni Mr. Wonderfull podrá levantarlos.
De nuevo en la espiral de la destrucción, para colmo recuerdas esto:
Y te aferras a lo más ridículo para regocijarte en tu nostalgia...
Hasta que decides tomártelo en serio y pensar en lo que hacías antes de Operación Triunfo con tu vida:
Pero hoy no es el día, no. Hoy la pregunta es esta otra:
¿Cómo saciar mi sed de OT?
Las siguientes semanas son cruciales. Ya piensas en la gala del próximo martes e incluso te planteas calmar el mono con el programa ese de costura que van a meter con calzador en la misma franja horaria del lunes. Un placebo como otro cualquiera.
Si eres de los afortunados que llegaste a la mitad del programa podrías ver las primeras galas por primera vez. (Sí, sabemos que tú las vas a volver a ver también aunque lo hayas visto desde el principio). Bucearás los miles de 'mejores momentos' que hay por YouTube pero, por favor, pon un pie en la realidad.
Porque, vamos a ver, ¿no nos va a encantar saber si a nuestros colegas les van a ayudar a emprender una carrera musical adaptada a su estilo y con coherencia o, por el contrario, les van a hacer un Rosa López? Que ese es un tema que hay que seguir de cerca, ojo.
Y además, están los conciertos. Que al principio decías: “bueno, yo ahí ya no voy, por Dios”, pero ahora te lo estás planteando en serio e incluso has empezado a buscar aliados que vayan de incógnito contigo. Que con treinta y pico no estás para guasas.
Hay vida más allá de OT
Medítalo un segundo, ¿qué hacías tú antes los lunes de noche? Sí, amigos, podremos volver a dormir a pierna suelta desde horas decentes y el martes no parecer un zombie en el trabajo. Adiós a los madrugOTs y a los resacOTs.
Otra de las cosas que te encantaba era ver “un capítulo más y a dormir”. Pues mira, otro antídoto más:
Y un día, cuando levantes la cabeza en la mesa del comedor, te llevarás una sorpresa: hay alguien al otro lado. Es tu familia, que te quiere y te espera, para que recuperes tu vida social. Si no vives con nadie, tampoco es un problema, este tuitero tiene la solución:
Acabemos recordando que en la rueda de prensa que protagonizaron este martes las ganadoras de Operación Triunfo, los dos finalistas y los responsables del programa -y que sabemos que has visto con muchísimo más interés que cualquier debate sobre el estado de la Nación-, estos no han querido mojarse, pero sí han avanzado que están “muy ilusionados” con la idea de repetir el formato el año que viene. Así que, ahora más que nunca, empieza la cuenta atrás.