Monjas, cadenas y un viaje en una California ¿qué puede salir mal?

La nieve. La nieve es el gran terror de muchos conductores. Pero no por que dificulte la conducción haciendo que el coche patine más que Rajoy en un concurso de trabalenguas, no por la posibilidad de poder quedarte atrapado en un 4x4 en medio del Angliru: el mayor pánico de muchos conductores es tener que enfrentarse a poner las cadenas en su coche y hacer el ridículo en el intento.

Por eso, ver a un grupo de monjas colocar las cadenas en su monovolúmen en equipo, perfectamente coordinado cual equipo de mecánicos de Fórmula 1 y sin ni siquiera mancharse los hábitos es una visión que probablemente pocos esperarían. Seguro que Antonio Lobato les da su aprobación, igual que el guardia civil que se acerca a comprobar cómo se han desenvuelto.

Y es que para sacarte el carnet de conducir te piden colocar bien los retrovisores, pero lo de colocar cadenas... venga, hombre, que somos España, que aquí solo hace sol lo sabe hasta el The Times. Y claro, luego sufrimos al poner cadenas:

Antes de saber que era un montaje media España nos solidarizamos con este caballero. Tener que poner las cadenas es mirar al abismo y que el abismo te devolviese la mirada, es enfrentarte a la cruda realidad de que nacemos, vivimos y morimos solos y que toda sensación de compañía es una mera ilusión. Es enfrentarse a la insoportable levedad del ser.

Claro que hay una cosa peor que no saber poner las cadenas: conseguir ponerlas y que te ocurra esto:

Y es que, debe doler lo suyo apañártelas para colocar este dichoso invento del diablo para descubrir demasiado tarde que estas tienen que ir en las ruedas motrices.

Pero al poner las cadenas no solucionaremos todas las dificultades de conducción de forma mágica. La Guardia Civil nos recuerda otros detalles que no debemos olvidar:

Para toda duda, siempre nos quedarán los tutoriales de YouTube: