Hablar de pulpos supone trasladarse instantáneamente a la gastronomía gallega o al oráculo clave de los mundiales de fútbol, el Pulpo Paul. Pero ahora no hablaremos ni de uno ni de otro, sino de cómo nacen estos humildes cefalópodos. Quizá parezca que no merece demasiada atención, pero un vídeo reciente compartido por las redes sociales demuestra todo lo contrario.
Pongámonos en situación. El acuario de Virginia Beach, en Estados Unidos, colgaba el 7 de febrero en su cuenta de Twitter un vídeo muy curioso: un grupo de huevos de pulpo a punto de eclosionar. De hecho, asistimos al nacimiento de uno de esos pulpos mientras por la pecera nadan otros bebés de cefalópodo. El instante es mágico.
El vídeo ha superado ampliamente el millón y medio de reproducciones; con una repercusión social altísima que le ha valido para convertirse en viral. Ni el propio acuario se esperaba tanta atención ya que el vídeo, junto con el tweet, están colgados sin llamar en exceso la atención. Todo lo contrario del nacimiento en sí: el pulpo bebé sale a la pecera dispuesto para la vida. Incluso hace una prueba de su enorme capacidad para el camuflaje marino.
Los pulpos son octópodos, moluscos cefalópodos marinos que se caracterizan por sus ocho brazos o tentáculos. En el pulpo macho uno de dichos tentáculos es el órgano sexual masculino; que introduce en la cloaca de la hembra para fecundar los huevos. La hembra del pulpo pone miles de huevos en su cueva y permanece junto a ellos hasta que eclosionan. Después muere de hambre.
Es muy extraño asistir a la eclosión en la naturaleza, pero, gracias al acuario de Virginia, sabemos cómo nacen los pulpos bebé, ya preparados para enfrentarse al mundo. ¿Será uno de los recién nacidos en el acuario el próximo Pulpo Paul?