En estos tiempos que corren en los que andamos todo el día con la escopeta cargada, cuando uno ha terminado de escribir un tuit, antes de publicarlo se imagina a una especie de Santa Inquisición al otro lado con cientos de personas alzando antorchas y estacas a la espera de poder volcar todo su odio sobre él (ti).
Muchas de las veces da igual el trasfondo del mensaje, si hay algo en su envoltorio susceptible de ser criticado lo importante pasará a un segundo plano y se desatará la polémica por la cosa más absurda, que no nos quepa duda.
Algo parecido le ha sucedido a Ter (@teruriru), una tuitera que decidía compartir este domingo un fragmento de una libreta que, asegura, sirvió a su abuela para escribir un diario en 1947.
El C.S.I. tuitero
Aunque Ter lo que quería destacar era un fragmento del texto que, supuestamente, había escrito su abuela, la reacción no pudo estar más apartada del foco del debate que ella quería propiciar.
Así, pronto aparecieron el Grissom tuitero y todo su equipo de investigación para desmontarle el tinglado:
Del otro lado del cuadrilátero se situaban los que no dudaban de su palabra y aportaban material para rebatirle a los incrédulos:
El gran 'invent'
Aunque una mayoría no dudaba en calificar la historia de Ter de farsa, llenándole las notificaciones de todo tipo de mensajes para hacérselo saber y reiterárselo una y otra vez. Y otra. Y otra.
De hecho, uno de los tuiteros se molestó en buscar algunos datos y construir este hilo que parece el cuestionamiento más riguroso de todos cuantos se han planteado:
Lo importante y lo secundario
La autora de tan polémico tuit se quejaba de lo “pesados” que estaban siendo todos los que dudaban de la veracidad del diario de su abuela y este lunes ha criticado que su mensaje había quedado sepultado por un “cuaderno de anillas”:
De nuevo la máquina de minimizar lo importante y focalizar la atención en lo secundario estaba consiguiendo su objetivo:
Sea como fuere, invent o realidad, lo que sí es incuestionable es que las mujeres que querían ser “diferentes” en el año 47 no debieron de tenerlo nada fácil en una sociedad machista como la de entonces.
Cuando incluso, pocos años después, en las aulas de nuestro país a las chicas se les enseñaba a ser buenas esposas con cosas como esta: “No te quejes si llega tarde, si va a divertirse sin ti o si no llega en toda la noche. Trata de entender su mundo de compromisos”. Y esto sí que no es invent, podemos ver la guía entera aquí.