La tecnología ha hecho que estemos permanentemente hiperconectados. Es una bendición y un problema, por un lado, porque estamos permanentemente expuestos a mensajes del trabajo incluso en momentos de descanso. Por otro lado, también nos permite comunicarnos con nuestros seres cercanos en cualquier momento, incluso en los momentos más duros e inesperados.
Esta semana hemos visto un nuevo tiroteo en un instituto de Estados Unidos -otro más, es el decimoctavo de 2018- en el que 17 personas murieron a manos de un exalumno de 19 años que se presentó con un rifle semiautomático.
Y en semejante situación, muchos de los chavales echaron mano de sus smartphones para escribir a sus padres, sabiendo que podía ser lo último que les dijeran. En este caso, Sarah se escondió en un cuarto de baño durante dos horas, en las que estuvo en contacto con sus padres a través de iMessage.
"Si no logro salir de aquí, os quiero y aprecio todo lo que habéis hecho por mi", escribía este alumno en un momento de pánico. También muestra la confusión que había, ya que los mismos alumnos se enteraban de informaciones a través de lo que decían en las noticias, como que había dos atacantes cuando la realidad es que solo había uno.
Algunos tuvieron que soportar el escepticismo inicial, como esta chica, cuya hermana pensaba que le estaba gastando una broma. Algo que debe ser muy desalentador cuando apenas unos minutos antes has visto a una compañera de clase recibir un disparo. "Estoy tan asustada que no puedo hacer llamadas, por favor, avisa a mamá y a papá". "No sé qué ocurre, todo está en silencio. No sé si la policía está aquí".
En otros casos, fueron los padres quienes se pusieron en contacto con sus hijos al oír las noticias del tiroteo.
"¿Todo bien? Ben me ha dicho que ha oído disparos desde Stoneman Douglas", escribe el padre. "Sí, ha habido varios, también los he oído", responde el hijo. "¿Ha acabado ya? Tu madre quiere ir a recogeros ya, ¿es posible?". "No, no ha acabado. No es posible. Os podrían herir". "Escóndete o hazte el muerto si ves al agresor", le aconseja el padre. Un mal consejo, ya que es algo que, por ejemplo, el Ministerio del Interior desaconsejó hacer en caso de ataque terrorista.
Por suerte, se pudieron reunir más tarde, con su otro hermano que también estaba en el colegio:
En Fox News se hicieron eco de los mensajes que otro de los alumnos, de 14 años, envió a su padrastro, uno de los productores de la cadena.
"Joe, hay disparos en el colegio. Estoy superasustado. Te quiero. Estoy muy asustado. No me llames. Joe, estoy muy asustado. Llama a la policía si puedes, por favor. No puedo hablar, tengo que estar en silencio".
"Estaba muy ansioso porque no sabía qué estaba ocurriendo. Vi que mis compañeros cogían el teléfono y escribían a sus familiares, así que hice lo mismo. Escribí a mi madre, a mi padrastro y a mis hermanos". Además, explica que no sabían qué estaba ocurriendo y si era real o un simulacro, hasta que leyeron en la web de la CBS la noticia del tiroteo.
Otra chica escribió a su familia "pensando que sería lo último que les diría", según explicó a Buzzfeed. Su hermana de 10 años le confesó que su padre estaba llorando. "Hay un tiroteo en el colegio, estoy escondida, pero si algo ocurre, te quiero ¿ok?". "Papá está llorando", le contesta. "Dile que todo está bien por ahora".
Mucho se ha hablado de cómo los teléfonos móviles primero y los smartphones después nos han cambiado la vida, incluso momentos críticos como puede ser un ataque de este tipo. Antes los chicos hubieran tenido que pasar por este episodio solos, y las familias no sabrían nada hasta que todo hubiera terminado. Ahora tuvieron el apoyo, aunque distante, de sus familiares. Y eso es positivo y espeluznante a partes iguales.