En una sociedad en la que llamar a alguien “gordo” sigue considerándose un insulto y nos creemos con la legitimidad de juzgar a las personas por su apariencia física, nunca está de más una reflexión como la que ha hecho la fotógrafa estadounidense Haley Morris-Cafiero.
Sus fotografías trascienden lo visual para devolvernos una imagen de nosotros mismos complicada de gestionar. La inseguridad que en un momento dado le otorgó su sobrepeso le ha llevado a disparar una serie fotográfica en la que se retrata a ella misma posando en circunstancias cotidianas y capta las miradas de burla y desprecio de las personas que se cruzan en ese momento con ella.
Relata Haley en su página web que todo comenzó en 2010, cuando se sacó una foto en las escaleras de Times Square y se percató de que un hombre que estaba detrás la miraba fijamente en vez de posar para su propia fotografía. “Había oído a personas hacer comentarios sobre mi peso, pero nunca pensé que podría captar eso con la cámara”, asegura.
Así que decidió salir a la calle armada con su trípode y su cámara para retratarse en lugares públicos haciendo cosas normales, sin intentar llamar la atención, y ver después las reacciones de la gente que la miraba alrededor.
Los prejuicios hechos libro
Haley decidió publicar la serie en un libro que se titula The Wachers -Los Vigilantes-, explicando que “no lo hago por cabreo, lo considero un experimento social. No es ese tipo de sensacionalismo en el que alguien es pillado. Pero con la cámara les devuelves la mirada a los desconocidos. Creo que es un barómetro de la sociedad”.
Pero el proyecto de Haley no les ha parecido lo suficientemente imparcial a muchos, que la han acusado de cierta manipulación. Argumentan que aunque las fotos muestran a muchos desconocidos mirándola, realmente no puede saberse si la están juzgando o no. “Cuando miramos a alguien no tiene que ser necesariamente negativo, puede ser por curiosidad u otra cosa”, apuntaba uno de ellos.
Lo mejor es que lo veamos con nuestros propios ojos: