El cura que se fumó 500.000 euros de su iglesia en casinos y luego se esfumó
En la Jungla. La extraña desaparición de este cura de su parroquia se esclarece dos años después: había malversado medio millón de euros de las arcas de la Iglesia.
20 abril, 2018 21:26En octubre de 2016 los feligreses de la parroquia de San Vito y San Modesto de Spinea, una localidad de la provincia de Venecia, recibían la noticia de que su párroco, don Flavio, se tomaba un respiro de su actividad clerical debido a la fatiga y el desgaste, que le estaban minando la salud.
Ahora, casi dos años más tarde, han sabido la verdad de lo sucedido después de que la Iglesia no pudiese ocultar más el secreto del cura, que se ha convertido en una investigación criminal a cargo de la fiscal Elisabetta Spigarelli, según la información recogida por La Nuova Venezia.
El sacerdote está acusado de malversar unos 500.000 euros de los fondos de la parroquia, que se habría gastado en el casino y en partidas de cartas. Solo cuando el Consejo Parroquial de Asuntos Económicos se dio cuenta de que faltaba dinero don Flavio se echó a un lado. El clero lo habría ocultado y apartado de su actividad parroquial mientras el hombre intentaba negociar la suspensión de su condena en los tribunales venecianos.
Un problema de ludopatía
Así, un acuerdo entre la Fiscalía y la Diócesis de Treviso, de la que depende Spinea, ha logrado que el cura pueda ir devolviendo el dinero a la parroquia con cuotas mensuales después de haber aceptado ingresar en un centro terapéutico para personas con adicción al juego.
El obispo de Treviso, Gianfranco Agostino Gardin, aseguró que “la ludopatía está mucho más extendida de lo que uno podría pensar o querer reconocer. (…) En este camino largo y arduo don Flavio fue sostenido principalmente por la oración, sino también por el deseo de volver pronto para llevar a cabo su ministerio en el que nunca dejó de reconocer ".
En el momento de su desaparición se extendió en rumor entre los feligreses de la posible existencia de una mujer con problemas de ludopatía a la que don Flavio habría querido ayudar, pero lo cierto es que no había tal mujer y era él quien se había gastado un dinero que no era suyo.