A veces la solución de los problemas la tenemos delante de las narices y no nos damos cuenta. Tendemos a complicarnos la vida cuando, en más ocasiones de las que pensamos, la simpleza va a aportarnos la alternativa que necesitábamos. La siguiente historia es un ejemplo claro de ello.
María José Suris es médico en un hospital de Buenos Aires y tiene un hijo de un año que se llama Baltazar. El pequeño enfermó, así que decidió llevarlo a la consulta de Pediatría del centro donde trabaja, donde le atendió María Rosa Peralta.
La pediatra examinó al bebé y vio que tenía la garganta colorada, pero que no tenía nada grave, según este medio argentino que recoge la historia. Peralta cogió su talonario de recetas y escribió: "teta, mimos y upa". Es decir, leche materna, cariño y cogerlo en brazos.
"Yo estoy trabajando mucho y esta era la manera que Baltazar encontraba para decirme que quería quedarse conmigo", explicó María José Suris al mismo medio, añadiendo que "aún con mis conocimientos de lactancia materna, la pediatra me volvió a reforzar la importancia de dar la teta".
Además, aseguró que "mi mensaje en la publicación no fue dedicado al cuidado del bebe, sino al ejercicio profesional y a la importancia de hacerlo con amor, como María Rosa. Yo siempre digo lo mismo: el mundo necesita gente que ame lo que hace".