La historia del siglo XX está plagada de personajes históricos que inscribieron su nombre en los libros gracias a sus hazañas. Grandes nombres, personas que se hicieron un hueco en la memoria colectiva por sus logros y personajes no tan conocidos que, a pesar de su aparente ausencia en los imprescindibles del siglo XX, sí merecen su sitio en nuestros recuerdos gracias a todo su esfuerzo en pos de alcanzar grandes victorias. Sí, el siglo XX se escribe en letras doradas, como escribía Josephine Baker su nombre a lo largo de los escenarios del París de los años 20.
Josephine Baker nacía el 3 de junio de 1906 en St Louis, Missouri. Fue una mujer afroamericana de gran carisma y fortaleza que se convirtió en un auténtico icono del siglo XX. Nadie lo hubiese dicho en sus inicios: como muchas otras mujeres afroamericanas de los Estados Unidos de principios del siglo pasado, Josephine nació en una familia tremendamente pobre y se vio obligada a ganarse la vida como asistenta malviviendo a cambio de un techo y algo de comida. La casaron por primera vez a los trece años, se divorció un año después y, sin apenas dejar tiempo entre medias, volvió a casarse con un guitarrista de Blues del que tomaría su apellido artístico. Josephine Baker en realidad se llamaba Freda Josephine McDonald.
Llegados a este punto de la historia es donde la vida de Josephine comienza a tomar un giro ascendente hacia lo más alto del estrellato. Como ha contado magistralmente Cristina Domenech en un hilo de Twitter, merece la pena conocer la vida de la mujer afroamericana que nació pobre en Missouri y llegó a ejercer de espía para Francia durante la Segunda Guerra Mundial mientras la fama la precedía a lo largo y ancho del globo.
El hilo de Cristina comienza con un gancho tan llamativo como real: "La historia de la señora que ayudó a ganar la guerra con su ropa interior".
Su amor por los animales fue una constante a lo largo de su vida. Empezando por un perro de tres patas con el que convivía en la primera casa donde entró como asistenta. Tenía casi 10 años.
Josephine empezó su vida con mala suerte, pero su tesón, y el amor por la música, hicieron que la pared vertical de su futuro se convirtiese en una cuesta arriba. Empezó bailando en la calle y terminó emigrando a París para actuar en los cabarets más importantes de la ciudad.
Josephine Baker consiguió fama y éxito en París. De actuar en las salas más conocidas a tener su propio club, Chez Joséphine. Era una de las mujeres más conocidas en todo el mundo, de las más deseadas, fue musa de pintores y hasta se convirtió en la primera mujer afroamericana en participar en una película. Fue en 1927, con La Sirène des Tropiques. No fue el único film, le siguieron dos más. Tal fue el éxito de nuestra protagonista, que terminó en el centro de los bandos que disputaban la Segunda Guerra Mundial. Bueno, en el centro no: Josephine tenía claro a qué país servir, por lo que ejerció de contraespía para Francia. Sabía cómo engatusar a los nazis.
Por si todo lo anterior fuera poco, Josephine Baker también fue activista en su país de origen, Estados Unidos; al que volvió tras finalizar la Segunda Guerra Mundial.
Josephine Baker fue una de las grandes mujeres del Siglo XX. Cristina Domenech se ha currado un fastuoso hilo de Twitter narrando su historia: te recomendamos que lo leas desde el principio hasta el fin. En este artículo hemos resumido los tweets para que no se hiciese excesivamente largo.