Pocas cosas dan más miedo que que se te pierda un niño. Bueno, quizá que se te pierda una madre en el metro de Madrid. Subirte a un tren y comprobar que tu progenitora, que ha venido a verte a la capital desde una ciudad pequeña, sigue en el andén después de un simple despiste.
Entonces es cuando comienza la aventura de encontrar a tu madre, que es exactamente lo que ha pasado a Willi, un gaditano afincado en Madrid y que recibió una visita maternal y, cuidado, que era la primera vez que la mujer salía de Cádiz. La receta para el desastre estaba preparada, podía ser la premisa de una película al estilo Solo en casa.
Tras años de silencio y contándolo en la intimidad, Willi ha dado un paso adelante y ha superado la vergüenza y lo ha contado todo en un hilarante hilo de Twitter que tiene por delante la durísima tarea de hacernos olvidar el juicio del chino. No será fácil, pero madera tiene.