Todos tenemos algún grupo de WhatsApp del que querríamos salir y no nos atrevemos. Grupos de familia, de amigos, de compañeros de trabajo, de un cumpleaños que ya pasó y que, inexplicablemente, se sigue utilizando para compartir mensajes... En definitiva, que las conversaciones en grupo son tan útiles como prácticas, pero tienen ese condicionante social que termina desencadenando la explosión de notificaciones: cada integrante del grupo quiere contar sus interioridades. Y compartir todos y cada uno de los memes que ve por Internet, claro.
Como decía, poco importa que los grupos de WhatsApp sean familiares, de amigos, de compañeros de trabajo o que se abrieran con un objetivo "serio": tarde o temprano se llenará de mensajes inapropiados. ¿Y cómo huir de ellos sin que nos lo echen en cara más adelante? Porque no es lo mismo salir de un grupo de desconocidos que de uno de personas que veremos varias veces a lo largo de la semana, tendremos que hacer frente a la temida pregunta de "¿Y por qué te saliste de nuestro grupo de WhatsApp?".
No hay duda: igual que cualquier interacción social, las que ocurren en la aplicación de mensajería también tienen efecto sobre las relaciones personales. Huir como las ratas antes de un naufragio sí, pero manteniendo una buena excusa con la que salvarnos de la quema. Como las siguientes.
Tengo demasiados grupos y no puedo seguirlos todos
Esta es la mejor excusa de todas: te han invitado a más grupos que los que traen el Primavera Sound y el Sónar juntos. Y claro, resulta imposible atenderlos todos, por lo que tomaste la determinación de borrarte de los más prescindibles. ¿Que por qué ese grupo es prescindible? Plántales la semilla de la duda, a ver si se replantean lo brasas que son.
Tengo demasiadas notificaciones
Hilado con la excusa anterior. Si sumamos las notificaciones de los chats privados, las del grupo de amigos íntimos, avisos del grupo de padres, de grupo familiar preparando la barbacoa del domingo... al final el móvil termina sonando más que el de Pedro Sánchez el día de la moción de censura. Así que, sintiéndolo mucho, has tenido que recortar en grupos y le ha tocado al que le ha tocado. ¿Que podías haberlo silenciado? Pues sí, pero los mensajes por leer siguen saliendo en la aplicación, por lo que tampoco soluciona mucho. ¡Acabemos con el estrés de las notificaciones pendientes!
Me lo ha recomendado el médico
El abuso del móvil está tomando visos de patología, así que puede ser una buena excusa. Que sufres de estrés por las notificaciones, que tener demasiados mensajes por leer te provoca ansiedad... Así que nada, corta con esos grupos molestos por consejo de tu médico. Quién sabe, lo mismo hasta es verdad y termina siendo saludable.
Me cogió el móvil mi hijo y se salió sin querer
Echarle la culpa a los niños es la mejor excusa del mundo, los padres lo sabemos bien. ¿Que por qué llegaste tan tarde a la comida familiar? Es que el niño se puso malo. ¿Por qué tienes que salir más pronto de dicha comida? Es que el niño debe cenar para irse a dormir pronto. ¿Que si te saliste del grupo porque ya no quieres hablar con tus antiguos compañeros de colegio? No, es que el peque estaba viendo dibujos, llegó un mensaje y se salió del grupo sin querer. Eso sí, tal vez insistan para que entres de nuevo, mejor será no darles la oportunidad de que pregunten.
Porque te dio la gana. Y punto
A veces hay que plantarle cara a lo que piensen los demás e imponer tu criterio porque sí. Al fin y al cabo, si aceptaste entrar en el grupo también es decisión tuya abandonarlo. Y oye, mejor que vas a vivir sin todas esas notificaciones que no te importaban una caca del WhatsApp.
Realmente no necesitas ninguna excusa: si no estás conforme con los temas que se tratan en el grupo o, simplemente, te apetece salirte porque sí, hazlo. Los grupos de WhatsApp no son como una hipoteca, puedes abandonarlos en el momento que te plazca. Y esa carga menos que llevarás encima.