La Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos ha dado a la razón a un pastelero que se negó a elaborar la tarta a una pareja homosexual que iba a contraer matrimonio en 2012. Jack Phillips, que regenta una pastelería en Colorado, rechazó entonces el encargo de David Mullins y Charlie Craig alegando motivos religiosos.
El tribunal estatal rechazó el argumento del pastelero y los jueces determinaron que había incurrido en una discriminación ilegal. Ahora, después de un periplo judicial de seis años que le ha llevado ante el máximo órgano judicial del país, siete de los nueve magistrados han creído que se habían violado sus derechos religiosos.
La opinión mayoritaria de los jueces de la Corte Suprema, tal y como recoge la BBC, es que la Comisión de Derechos Civiles de Colorado no había sido imparcial a la hora de valorar el caso, considerando que su veredicto había sido "claramente hostil" con Phillips y añadiendo que las creencias religiosas no suelen estar tomadas en consideración en ese estado.
Varios colectivos LGTB se manifestaron en todo momento a favor de la pareja de denunciantes, temiendo además que la sentencia pudiera sentar precedente y surgir así una oleada de discriminaciones homófobas apelando al fallo del alto Tribunal.
No obstante, desde la Corte Suprema han incidido en que el veredicto se centra en el caso concreto del señor Phillips y no establece la universalidad de la norma para todos los servicios que se prestan en el país. Un alivio, visto lo visto.