Parece mentira que en pleno siglo XXI nos siga asombrando que un político coja una fregona en público para enmendar un descuido, pero lo inusual de esta escena ha hecho que esté dando la vuelta al mundo.
El protagonista es Mark Rutte, el primer ministro de los Países Bajos, de 51 años. El hombre tuvo un percance al acceder al edificio del Parlamento en La Haya. Después de pasar los controles, a los que accedió con un vaso de café en la mano, parte de su contenido acabó derramándose en el suelo por un despiste.
Lejos de encogerse de hombros, disculparse ante la limpiadora que estaba en la zona y seguir con su camino, Rutte le pidió una fregona y se puso a frotar él mismo. La mujer, que no daba crédito a lo que estaba pasando, fue rápidamente a avisar a sus compañeras y todas rodearon al primer ministro mientras aplaudían el gesto.
Una limpieza exhaustiva
El vídeo lo ha compartido el embajador de los Países Bajos en Panamá, Dirk Janseen, en su cuenta de Twitter, describiendo el gesto como "inequívocamente holandés" y suma más de 23.800 retuits:
Rutte llega incluso a pedir un paño para retirar las salpicaduras de café que habían llegado hasta las estructuras de los controles de seguridad. Quizás sea este cuidadoso empeño el que nos haga creer que lo suyo no ha sido postureo y realmente está acostumbrado, por lo menos, a limpiar lo que ensucia.