Un 11 de junio de 1997 Philippe Kahn iniciaba el camino hacia uno de los inventos recientes más revolucionarios: los móviles con cámara de fotos integrada. Se cumplen 21 años de esa primera imagen enviada desde un teléfono, cuando todavía no podían captar imágenes. Pero, sobre todo, esta es una historia de amor, la de este matemático por su hija Sophie.
Hace 21 años, un domingo de primavera, Philipp y su esposa Sonya se dirigían al hospital de Santa Cruz, en California, Estados Unidos, a la espera de que naciese su hija. Fueron 18 horas de parto hasta ver a la pequeña, el tiempo necesario para que Kahn diese con la solución a un problema que llevaba días rondándole por la cabeza.
Él, un adicto a la tecnología, no concebía la idea de tener que esperar a llegar a casa para mostrarle el rostro de su hija familiares y amigos, así que se puso manos a la obra para dar con la manera de enviar una foto desde el propio hospital. Armado con una Casio QV-10 -la primera compacta digital del mercado-, un teléfono Motorola StarTAC y un portátil, Kahn ideó la manera de hacerlo.
Todavía no existía el wifi
Por aquel entonces, el matemático ya había fundado Borland International y Starfish Software, así que no es extraño que en su casa tuviese un servidor doméstico configurado para almacenar imágenes y que a sus contactos les llegase automáticamente un enlace a su correo para verlas cuando incluía alguna nueva.
El problema es que no había manera de enviar las imágenes al servidor desde una cámara porque, recordemos, por aquel entonces no existía la conexión inalámbrica (wifi). Así que pensó que la solución estaba en usar la red de su móvil, ¿pero cómo? "Estaba claro que tenía un problema de hardware, necesitaba interactuar con mi teléfono", relató Kahn en varias entrevistas.
El kit de 'manos libres'
Tampoco se podía entonces conectar las cámaras ni los ordenadores a los teléfonos, pero eso no frenó a Philippe Kahn. Recordó que tenía en su coche el manos libres del teléfono y bajó a por él, con "la bendición de mi esposa", rememora. Con la solución en sus manos, trabajó para crear un entorno que le permitiera enviar las imágenes desde el portátil al servidor gracias a su móvil.
Afortunadamente llegó a tiempo para retratar a su pequeña Sophie, siendo esta la primera foto tomada por lo que finalmente sería la cámara de fotos del teléfono que hoy usamos a diario. "Todos estaban sorprendidos de la rapidez con la que envié la fotografía", declararía Kahn después, dándose cuenta de que tenía algo muy útil entre manos.
"Este invento no tiene futuro"
Kahn fabricó un prototipo y se presentó ante los responsables de Kodak y Polaroid con su invento, pero después de consultarlo con asesores y expertos en mercado, las dos compañías llegaron a la conclusión de que los móviles estarían enfocados solamente a las llamadas y serían las cámaras las que estarían conectadas, por lo que el teléfono como elemento integrador y protagonista no acababan de verlo. Qué lumbreras.
Así que llevó su invento a Japón y consiguió encandilar a una pequeña operadora llamada J-Phone, que en 1999 se asociaría con Sharp y la compañía que creó Kahn en 1998, LightSurf, para diseñar el primer teléfono de estas características. No fue hasta 2002 cuando junto a Sprint y Casio se crearon los primeros dispositivos en EE.UU.
La foto de Sophie que hoy cumple 21 años fue elegida entre las 100 fotos más influyentes de la historia por la revista Time, tal y como recordaba este tuitero:
Y es que, realmente, ¿quién es capaz de imaginarse ahora un mundo donde los móviles no puedan sacar fotos?