Lo del fútbol no es ninguna broma, eso ya lo sabemos de sobra en nuestro país. Lo que pasa es que en Argentina es, si cabe, más exagerado. Los argentinos viven la competición con una intensidad que solamente ellos entienden, algo parecido a una religión. Denme mayúsculas más grandes y todo eso, ya saben.
Una cárcel de la provincia de Chubut, la prisión de Puerto Madryn, está siendo noticia desde que nueve de sus presos se han declarado en huelga de hambre para poder ver los partidos del Mundial de Fútbol que comienza este jueves.
El problema es que el sistema de televisión por cable del penal está estropeado y "no funciona desde hace tres días", alegan los presos en una carta que han enviado al juez y que recoge el diario Clarín. En ella aseguran que no probarán bocado hasta que se subsane la avería.
"Es un derecho indispensable"
Los nueve presos, que cumplen condena por delitos contra la propiedad, en su mayoría, comparten una zona común donde se encuentra el televisor e insisten en que ver los partidos "es un derecho indispensable para toda persona privada de su libertad".
“Hemos tomado la decisión de no recibir la ración de comida correspondiente hasta tanto se solucione dicho problema”, han escrito, presentando a su vez un recurso hábeas corpus para que arreglen la tele cuanto antes.
No es esta la primera vez que se convoca una huelga de hambre en las cárceles de Argentina a cuenta del fútbol. De hecho, como recuerdan en las páginas de Clarín, durante el Mundial de Brasil en 2014 los presidiarios de la Unidad Seis de Rawson también exigieron ver los partidos. Y lo consiguieron.