Vivian Maier, la extraordinaria fotógrafa que nunca conoció su talento
En la Jungla. La cámara fue, durante 83 años, compañera inseparable de Vivian Maier, pero no fue hasta después de su muerte que se descubrió su talento. Ella ni siquiera vio muchas de sus fotografías porque no tenía dinero para revelar.
15 junio, 2018 12:24El mundo y la historia está lleno de gente con talentos extraordinarios, muchos llegan a cambiar sociedades con nuevos artilugios o nuevas ideas. La parte mala es que la vida es tan complicada que mucho talento acaba desperdiciado, nunca llega a explotarse o es descubierto ya demasiado tarde. Vivian Dorothea Maier es uno de estos casos.
Nacida en Nueva York y abandonada por su padre con apenas 5 años, siempre fue aficionada a la fotografía. A lo largo de su vida tiró miles de fotos que nunca llegó a revelar porque no tenía dinero. No fue hasta 2007 cuando un lote de sus carretes cayó en manos de un investigador, John Maloof en una subasta que se dio a conocer su talento. Murió en 2008 dos días antes de que el investigador lograse identificarla como autora de las fotografías.
La tuitera @MenendezFaya ha querido recordar su figura en un trabajadísimo hilo:
Imagínate ser increíblemente bueno en algo y no saberlo nunca.
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Imagínate ser la mejor fotógrafa de la Historia y no saberlo.
Nunca.
Dentro hilo 📸👇
Imagina ser un genio. Tener una voz capaz de pasear por todas las escalas sin apenas esfuerzo. Una mente ordenada de forma tan distinta que cuando la sacas a un lienzo te inventas una corriente nueva.
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Ser capaz de hacer las fotografías más realistas e impactantes con el peor material.
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Imagina ser un genio y no saberlo nunca.
Esta es la historia de la mejor fotógrafa de la Historia.
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Esta es Vivian Maier. pic.twitter.com/GEtuayWU9R
Vivian era una niñera estadounidense que nació en 1926 y vivió casi toda su vida en Chicago. Los niños a los que cuidaba la recuerdan como callada, a menudo siniestra, buena con ellos pero muy recelosa con los adultos.
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Y la recuerdan, siempre, con una vieja cámara Rolleiflex colgada al cuello. Uno de aquellos niños hoy en día la define como
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
socialista, feminista y campechana.
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Solía llevar ropa de hombre, un sombrero enorme y aquella cámara con la que estaba todo el día haciendo fotografías que no enseñaba a nadie. pic.twitter.com/ZzDhpfxlim
La verdad, es que ni la propia Maier las veía.
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
En aquella época, revelar carretes (todos aquellos carretes) era un gasto que no podía asumir. Así, iba acumulandolos de forma caótica en desvanes, garajes y trasteros de las casas en las que trabajaba. Gracias a eso la conocimos :
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
En 2007 un joven compra una casa para reformar en Chicago y encuentra en ella varias cajas con carretes de fotos usados y un montón de periódicos viejos.
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Subasta los enseres de la casa e incluye en la subasta aquel inesperado tesoro que John Maloof compraría por poco más de 300 dólares. Al revelar las fotografías, se encuentra esto: pic.twitter.com/xbz7XCX3d6
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Decide colgar en Internet parte del material para recabar información sobre la época, tal vez el autor, algún protagonista .
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Alan Sekulla ve las fotografías, toma aire y se pone en contacto con Maloof. Tiene en sus manos el mejor material fotográfico que haya visto nunca. No puede dispersarlo sin más por la red.
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Comienza entonces un largo camino de investigación sobre Vivian, los lugares que fotografiaba, las familias para las que trabajó
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Las fotos eran básicamente de:
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Niños: pic.twitter.com/YhVMBybkym
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Señores: pic.twitter.com/5I92YFOQl5
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Selfies pic.twitter.com/kHZYOJF4vf
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Rosy de Palma pic.twitter.com/GxQmzvMEkV
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
(Que no, obviamente no era Rosy de Palma).
Muy interesante el hilo! Pero ay, la foto de Rosy de Palma es de Diane Arbus D:
— 💀Kraken del Mal💀 (@MariSandKicker) 14 de junio de 2018
Y amor pic.twitter.com/4skLFrU8Ez
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Además de un montón de escenas curiosas y noticiables
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Poco a poco logran juntar más de 90 mil negativos sin revelar, cajones enteros llenos de periódicos y recortes. Cajas abandonadas en guardamuebles, en cobertizos de verano de las familias para las que trabajaba. Una de aquellas niñas recuerda cómo despidieron a Vivian:
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Su padre iba a pintar el porche y cogió un par de periódicos viejos del garaje en el que Vivian tenía su habitación. Cuando llegaron del centro y lo vió, se volvió loca, comenzó a gritarle y le empujó.
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La investigación de Maloof se dio por terminada en 2010, con prácticamente el 70% de los negativos revelados y un mapa de vida de Vivian, de las ciudades que había visitado
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
(pasó casi toda su vida en Chicago, pero se escapaba a un pueblo francés a hacer más fotos cuando podía) y las familias para las que había trabajado
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Cuando por fin dieron con el que debería ser su paradero, cuando por fin iban a poner a Vivian delante de las casi 100 mil impresionantes fotografías que hizo y nunca vio, la pompa de jabón explotó. pic.twitter.com/k0n9WDRCHM
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
A finales de 2008 Vivian se dirigía al pequeño apartamento que los hermanos Ginsberg le pagaban en agradecimiento por sus cuidados cuando eran pequeños.
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Ellos la habían localizado un par de años atrás, durmiendo en un banco del parque, comiendo latas de conserva, totalmente desahuciada.
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Diciembre, Chicago, frío, hielo.
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Demasiado hielo para una mujer de 82 años, alta como un hombre - tal como la recuerdan aquellos niños- y que siempre caminaba con prisa.
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Vivian resbala. Se cae y se golpea fuertemente en la cabeza.
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Moriría meses después en la residencia Oak Park.
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Meses antes de que Maloof cruzara sus puertas con un ordenador bajo el brazo y una sonrisa en la boca, esperando enseñarle un archivo histórico a una mujer única, probablemente el mayor genio de la fotografía que haya existido.
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Capaz de clavar la mirada de niños y ancianos en un negativo abandonado. De ver una escena rodeada de gente que no la veía. Con una sensibilidad artística que chocaba de bruces con su aspecto descuidado, con su fama de loca.
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Vivian Maier murió con 83 años sin ver sus fotografías, y nunca sabremos si ella misma se podía imaginar que era un genio. pic.twitter.com/Ed5d4yT4Tr
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Por eso, pequeños míos, si tenéis un talento, el que sea, trabajad en él, trabajad por él, y creed en vosotros mismos.
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Explotadlo.
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018
Día a día.
Nunca dejéis de luchar por un sueño. Vivian era la loca de la cámara. Pero nunca dejó de creer en sí misma. Y eso que no sabía lo buena que era. pic.twitter.com/YXvBmQyiWv
— Andrea (@MenendezFaya) 14 de junio de 2018