La semana empezó con algo que llevábamos años esperando, aunque había alguno que dudaba que dudaba que nunca se llegase a producir, y es la entrada del cuñado del rey en la cárcel. Lo hizo en la prisión de Brieva, una cárcel para mujeres que cuenta con un módulo para hombres en el que, por el momento, estará solo.
Pero la llegada del cuñado del rey a la cárcel no ha sido la única noticia de la semana -no, por Dios, que esto es España-. No podemos olvidarnos de la guerra sin cuartel por el control del PP con tres grandes guerreros en el ring: Soraya, Cospedal y Pablo Casado que mientras escribimos estas líneas, él se saca un máster en navajazos por la espalda.
Por su parte, el presidente Pedro Sánchez -suena raro, lo sabemos- se estrenó con lo de las entrevistas desde la Moncloa diciendo que no sabe quien es ese "convocaré elecciones cuando antes" del que usted me habla.
Pedro tuvo un día intenso el lunes, porque antes de la entrevista decidió mostrar su faceta de deportista y que él mola más que Rajoy, que él no se limita a andar rápido:
Pero él notaba que le seguían...
Y luego quiso sacarse una foto con su perro:
Sinceramente, no sabemos por qué el PP no nombra secretario general al árbol que le partió la cara a Pedro Sánchez. Es su némesis, en un debate lo destrozaría.
Además de eso los reyes estuvieron visitando a Donald Trump, que ya sabéis tiene mucha simpatía por los mexicanos.
¿Hubo alguien que se les coló?
Y mientras ocurrían todas estas cosas irrelevantes para la evolución de la humanidad, en Rusia se jugaba un España-Irán que fue un tostón de partido, pero en el que vimos esta maravilla:
Al menos el fútbol consigue unir a España... ¿o no?