Que en 2018 uno de los principales focos de conflicto en nuestro país sea el cadáver de Franco huele un poco a naftalina, pero lo cierto es que es así. Un debate infinito que ha pasado a primer plano después de que Pedro Sánchez llegase al poder y anunciase que iba a sacar los restos del dictador del Valle de los Caídos.
Las dos españas siguen ahí: los que consideran que el Valle está bien como está y hay que dejarlo y los que volarían por los aires todo el mausoleo con su contenido -luego están los que tienen posiciones un poco más moderadas, pero en este debate son un poco como De Gea-.
Con todo el lío en plena ebullición, la Fundación Francisco Franco ha saltado al ring con una campaña con hashtag incluido -que para algunas cosas si son modernos-:
Y no han reparado en gastos a la hora de empapelar Madrid:
Incluso la sede de algún partido político:
La propia Fundación Franco fardaba del éxito de su hashtag, publicando una captura de la lista de tendencias. Si hubieran esperado un poco más les hubiera quedado todo más bonito, ya que su etiqueta ha llegado a lo más alto de la lista sobre la hora de comer.
Sin embargo, como suele ocurrir en tantas ocasiones, el éxito de la etiqueta no implica el éxito de su campaña, ya que una cantidad enorme de los mensajes que la usaban era para criticarla o mofarse de ella:
Y claro, con el Valle de los Caídos en lo más alto, el chiste casi se hace solo...