Anna Mae Blessing es una estadounidense de 92 años que se enfrenta a los cargos de asesinato, asalto y secuestro después de acabar con la vida de su hijo de 72 años este pasado lunes disparándole con dos vejas pistolas en su casa de Fountain Hills, en el estado de Arizona.
Según la información que ha recogido EFE, la mujer habría asesinado a su hijo para evitar que él la enviase a una residencia de ancianos. Así, la nonagenaria, que vivía desde hacía unos seis meses con la familia de su vástago, cogió dos pistolas que tenía escondidas en los bolsillos de su bata y le propinó dos disparos.
También quiso deshacerse de su nuera, pero esta forcejeó con ella hasta que le obligó a desprenderse de las armas, momento que aprovechó para escapar y alertar a la policía.
"Deberían dormirme"
El sargento de policía del condado de Maricopa, Bryant Vanejas, declaró al canal local KPHQ que "por lo que parece había estado pensando en hacerlo durante algunos días debido a la disputa existente entre ambos por la intención del hijo de ingresarla en una residencia".
Los agentes arrestaron a Blessing cuando estaba en su cuarto sentada en una silla. Ella les explicó que tenía la intención de suicidarse después de haber matado a su hijo y que merecía ser "puesta a dormir" por lo que había sucedido, pero no mostró ningún arrepentimiento cuando fue a comisaría. Es más, según algunos medios, la anciana gritó: "¡Me quitaste la vida, así que yo te la he quitado a ti!".