Esta semana España ha tenido una de esas discusiones anacrónicas, que es como cuando en una pareja uno de los dos saca algo que ocurrió hace cinco años y de golpe se monta un cirio de narices. Y la discusión ha sido ni más ni menos que qué hacer con el cadáver de Franco. Pedro Sánchez anunció que lo sacaría, la familia dijo que ellos no querían los restos y la Fundación Francisco Franco decidió montar la del 16 de julio en Twitter para protestar por la mudanza:
Y no repararon en gastos, oye:
Y claro, la gente vio el hashtag entre los trending topics y ya pensaban que les quitaban lo importante:
Y es parece que Quimi también se enfadó:
Que, por cierto, esta semana hemos visto la reunión de Quimi y Valle en la boda de Julián Gonzalez, Guille en Farmacia de Guardia. Y, hay, los años...
Esta semana también hemos visto el primer asalto de la sangrienta batalla las primarias del PP, en las que Soraya Sáez de Santamaría y Pablo Casado han tumbado a Cospedal. Fue en uno de esos desesperados días en los que no hay fútbol en medio de un Mundial:
La batalla fue digna de ser narrada en un poema de Tolkien:
Todos sabemos como sigue esto...
Otro de los temas de la semana nos ha llegado gracias a Sandro Rosell, ese expresidente del Barça cuyo currículum es como si Pablo Casado hubiera tuneado el de Al Capone: con el fichaje de un jugador y de unos niños logró que condenasen al Barça por evasión fiscal y que la FIFA les sancionase un año sin fichar, además de conseguir que el mejor entrenador de la historia de su club huyese como de la peste, todo en menos de cuatro años. Ahora, según El Confidencial, a eso habría que añadir que trató de comprar un hígado ilegal para Abidal cuanto enfermó de cáncer.
Una historia truculenta que no ha escapado de la garra de los tuiteros:
Y, mientras España se descompone, Arturo Pérez-Reverte, nuestra única esperanza, estaba jugando al ajedrez...
Al menos sabemos que hay alguien que está peor que nosotros...
Que se pare la vida, yo me bajo: