Somos conscientes de que unos pies apestosos pueden ser la causa de múltiples situaciones incómodas, pero hasta el momento no teníamos ni idea de que pudieran desencadenar una tragedia como la que ha ocurrido el pasado domingo en Kenia.
En el país africano, un autobús de la compañía Climax volcó en la localidad de Ayora cuando se dirigía a Nairobi con más de sesenta pasajeros. Una persona ha muerto, otras dos están en estado crítico y se han registrado 42 heridos. Según los testigos, un zapato maloliente habría despistado al conductor, tal y como recoge The Star.
Uno de los pasajeros, Thomas Ajua, aseguró al periódico que el chófer llevaba todo el trayecto bromeando y "jugando" con el mecánico, llegando a tener el accidente cuando este último le dio a oler su calzado. "Lo último que vi fue que el mecánico del autobús le dio al conductor un zapato para que oliera. Luego perdió el control, hubo un fuerte golpe y lo siguiente es que aparecí en el hospital", dijo.
Un despiste que se ha cobrado una vida
El mismo hombre insiste en que llevaban seis kilómetros bromeando, desde su salida de la ciudad de Siaya. La responsable de Tráfico del condado, Margaret Kariuki, informó de que 16 de los heridos son hombres, 17 mujeres y 11 niños.