En Internet todo va bien hasta que empiezan a pasar cosas raras. Normalmente cuando se viraliza algo hay una razón clara: es algo impactante o divertido. Pero de vez el cuando el éxito llega de vídeos o imágenes que uno no puede explicar la razón de su éxito.
Es posible, quién sabe que sean un reflejo de algún tipo de necesidad más profunda, de esas que el alma esconde debajo de un montón de términos freudianos que la gente utiliza para parecer inteligente.
¿Será la búsqueda de paz interior? ¿la necesidad de saber que el mundo sigue funcionando cuando no estás mirando? Sea lo que fuere, es un impulso que está ahí y que necesita ser saciado.
¿Es posible que un vídeo de un minuto y 51 segundos de un limón rodando junto a una acera sea un hit viral? Podría parecer una obra de videoarte observacional de Abbas Kiarostami. El escritor y podcaster Mike Sakasegawa volvía a su casa cuando vio al mediático limón rodar cuesta abajo junto a la acera. Como buen hombre moderno, decidió grabarlo mientras lo seguía a lo largo de unos 400 metros y subirlo a la red.
En menos de 24 horas está cerca de alcanzar el millón de reproducciones:
Y no os penséis que lo publicó un influencers con chorrones de seguidores, apenas supera a los mil, pero aun así su tuit superó los 13.000 compartidos y los 45.000 me gusta.
Todavía no conocía que su vídeo sería un éxito pero Mike y el limón ya tenían una conexión especial, por eso, media hora después, sintió la llamada y volvió al rescate del limón:
No cabe duda de que es un limón con carisma:
¿Sabéis esos actores que te enganchan hagan lo que hagan? ¿Que pueden estar leyendo el listín telefónico y te atrapan como si estuvieran recitando Shakespeare? Pues con este limón ocurre lo mismo. ¿Con qué extraña necesidad humana habrá conectado?