La necesidad de un pitillo puede ser irresistible. Sencillamente imposible de soportarlo, especialmente cuando hay un cartel de prohibido fumar recordándote permanentemente el vedado vicio. Entonces es cuando los fumadores desarrollan técnicas de lo más estrambóticas para lograr fumar, algunas con consecuencias tragicómicas.
Un buen ejemplo es el copiloto de un vuelo de Air China que unía la localidad de Dalián, al norte del país, un trayecto de cerca de 2.000 kilómetros que dura tres horas. En uno de sus descansos decidió que no sería tan terrible romper un poco las reglas y darle unas caladas a su cigarro electrónico. Además, como copiloto sabía cómo cubrir las huellas. O no.
¿Cómo? Desactivando el circuito de reciclaje de aire, de forma que el vapor no llegase a la zona de pasajeros. Sin embargo, cosas que pasan en esta vida, se equivocó de botón, apagando el aire acondicionado. Cuando lo haces en tu casa no pasa nada, solo pasas un poco de calor. Pero en un avión a gran altura, tiene la mala costumbre de hacer caer los niveles de oxigeno en la cabina.
El descenso del nivel de oxigeno en cabina hizo bajar la presión, saltar las máscaras de oxígeno y, para mayor divertimento de los 152 pasajeros, el piloto tuvo que hacer descender el aparato 4.000 metros en apenas nueve minutos. Se trata de un procedimiento de seguridad que se debe realizar ante la posibilidad de una despresurización de la cabina.
Una vez a una altura segura, la tripulación descubrió el origen del problema, se volvió a encender el aire acondicionado y el avión volvió a su altitud de crucero, aterrizando poco después en su destino sin más aventuras.
"No salí físicamente herido, pero el impacto psicológico perdura. Cuando cierro los ojos, veo las máscaras colgando delante de mi", dijo uno de los pasajeros a la CNN. En un comunicado, Air China anunció el viernes el despido de toda la tripulación tras el incidente y, además, la Administración de Aviación Civil China está investigando lo sucedido y es posible que revoque la licencia de los pilotos.