Domingo en Cape May, al sur de Nueva Jersey. Un extraño con aspecto peligroso merodea en un bloque de viviendas. ¿A quién vas a llamar? La policía, siempre al servicio del ciudadano, interviene rápidamente, reduce al sospechoso y se lo lleva a comisaría. El barrio vuelve a ser un lugar seguro. La ley y el orden han vuelto a triunfar sobre el mal.
Y como todo buen peligroso criminal, debe ser identificado y fichado. No hay nada más icónico de una detención que el "mug shot", la típica foto policial, de cara y con el cartelito identificativo. La típica que empieza a circular después de que detengan a algún famoso.
Claro que en este caso la fotografía no era de un humano peligroso, sino de un adorable carlino que había decidido irse a dar un paseo sin su dueño y no acababa de encontrar el camino a casa.
"Esto es lo que pasa cuando huyes de casa. Este tipo fue detenido colándose en un bloque en la Avenida de Nueva Jersey", escribió la policía en la publicación de Facebook en la que pedía la colaboración ciudadana para encontrar al dueño del perrete.
Como no podía ser de otra forma, la foto se viralizó rápidamente, lo cual ayudó a encontrar al humano del carlino. Quizá la fotografía podía parecer una gamberrada de los agentes que tenían poco que hacer un domingo por la tarde, sin embargo esta es también una forma tremendamente efectiva de hacer que la información vuele como un grajo.
Y como tenían que seguir con la broma, pues antes de sacarlo lo metieron en el calabozo. Y muy preocupado no parecía el animalillo.
Y al día siguiente conocíamos el nombre: Bean. Y no solo eso, sino que pagó su fianza con galletas. Y es que una cosa es ser el niño malo del vecindario y otra cosa es no tener estómago.