Llega agosto e Instagram Stories se llena de fotos de pies en la playa, de fotos de cervezas en una terraza, de vídeos de las olas del mar y de imágenes de puertas de embarque con destino a Tailandia. Es agosto y el mundo se vacía. Todo el mundo se marcha, se relaja, se tumba a la bartola. Todos me nos tú. Ya sea porque eres autónomo y irte de ¿vacaqué? es una utopía si quieres pagar todas las facturas o porque eres el pringao que le ha tocado quedarte en la oficina en agosto, vas a tener que prepararte para sobrevivir a estos infernales días.
Paso 1: cómprate un cubo.
Paso 2: llénalo de agua.
Paso 3: ponlo debajo de la mesa de la oficina.
Paso 4: mete los pies.
Paso 5: trabaja.
Facilísimo.
El calor es psicológico
El calor es una sensación, una ilusión, en realidad no está ahí. Si te concentras lo suficiente, puedes llegar a convencer a tu organismo de que la temperatura ahí fuera es correcta. Concéntrate. Tú puedes hacerlo. No, no puedes, hace un calor del carajo y estás sudando como un rinoceronte.
Si tienes suerte de que en tu oficina hay aire acondicionado podrás llegar y ponerlo al grito de "Winter is coming". Total, no hay nadie más en la oficina. Si no, prepárate para el mismísimo infierno.
Siempre puedes tratar de resistir como un buen humano moderno: solucionando las cosas con tu smartphone. "Pero los teléfonos normalmente se calientan, no enfrían". Cierto, pero siempre tienes gadgets como el siguiente:
Porque un ventilador normal no es suficientemente cool.
Si eres de los que trabaja con un ordenador portátil, depón las armas: estás muerto. Los portátiles en verano alcanzan una temperatura más o menos similar a la del núcleo del Sol, y tus lindas muñequitas estarán permanentemente apoyadas sobre él. Sabrás cómo se siente un huevo frito.
Al menos, en este aspecto, te quedará claro que es verano.
La ducha será tu piscina
Las duchas de media tarde en verano deberían ser patrimonio protegido de la humanidad. Llegar a casa a las 6 de la tarde, cuando el Sol pega como si fuese el reactor número cuatro de Chernóbil. Llegas a casa destrozado y sudando tras ocho horas de trabajo en plena chicharrina... te puedes meter en la ducha y disfrutar de ese momento de relax. Piénsalo, eso los que están de vacaciones no podrán disfrutarlo. ¿Quién ríe ahora, eh? Pringaos...
Si tienes la suerte de que tienes bañera, la cosa se pone aún mejor, podrás meter un flotador de esos con forma de flamenco rosa y complementarla con una de esas elegantísimas cortinas de ducha con un paisaje playero.
Y con el ventilador el iPhone podrás simular la brisa marina. Ya solo te queda rematarlo buscando en YouTube un vídeo con sonidos de olas y gaviotas.
Prepárate para la abstinencia social
Si vives en una gran ciudad, salir a la calle en agosto es como hacerlo en un mundo post-apocalíptico. Calles vacías, en la que solo estáis tú y los repartidores de Glovo. No hay nadie en la ciudad, no trates de hacer planes, no escribas a nadie diciendo "oye, vamos a tomar algo", o muy posiblemente recibas una foto de una palmera como respuesta. Y tú todo lo que puedes hacer para contraatacar es mandar una del ficus de la salita que se te murió hace una semana por el calor.
Ya lo hemos mencionado: ni te acerques a las redes sociales, o te encontrarás una avalancha de fotos de tus contactos en lugares paradisiacos poniendo poses de influencer fracasado. Y tú sin más opción que hacer una foto del teclado del ordenador y ponerle el filtro Gingham.
El pringadus agustus es un animal solitario, que se ha adaptado al medio para sobrevivir a las agresiones veraniegas de sus pares. Vive en una cueva, con las persianas a medio bajar para que el piso no se caliente. Cuando alguien le dice "qué blanco que estás", ladra.
La venganza es un plato que se sirve frío
Ahora todo el mundo está de vacaciones y tú no. Pero luego llegará octubre y girarán las tornas. Entonces serás tú el que estará descansando, los demás estarán en la oficina pringando. Pero estarán todos en la oficina, en grupo, con una temperatura normal para trabajar.
En octubre a nadie le importará que estés de vacaciones.
Y, si eres autónomo, en octubre tampoco estarás de vacaciones.