Efectivos del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) han estado tomando declaración a cinco investigados como presuntos autores de un delito sobre el patrimonio histórico en relación a los daños registrados en el yacimiento arqueológico del Castro de Bubal, situado en la comarca gallega de Monterrei, en la provincia de Ourense.
Según el comunicado del Instituto Armado, se trata de tres miembros de la directiva que dirige la Comunidad de Montes de Medeiros, el capataz de las obras que se ejecutaron y el conductor del buldócer. La entidad comunal promovía las obras para plantar coníferas en los terrenos y pidió a la empresa que acondicionara un camino contiguo al castro para tener un mejor acceso a la zona de la plantación.
Las obras para ensanchar el camino afectaron al perímetro de protección del yacimiento y también a su área de protección integral. Fue la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN), una entidad ecologista y defensora del patrimonio, quien alertó de lo sucedido a mediados del pasado mes de julio.
Un tramo de muralla perdido
Desde el Seprona sostienen que los trabajadores demolieron al menos un tramo de muralla y también enterraron parte de una estructura habitacional del castro, un vestigio incluido en el inventario de yacimientos arqueológicos de la Dirección General de Patrimonio de Galicia.
Se trata de un asentamiento que data de la Edad de Hierro y estaba conservado en bastante buen estado puesto que todavía contaba con sus muros defensivos. Ahora será el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Verín quien se haga cargo de las diligencias e investigue los hechos.