Un día de 2006 Renè Warner quería jugar a fútbol, pero todos los campos de fútbol del polideportivo local en Kaiserslautern (Alemania) estaban ocupados. Él y sus amigos se sentaron en un banco a unos metros de unas mesas de pimpón que estaban libres. Entonces, una bombilla se iluminó en sus cabezas. Acababa de nacer el headis, un deporte similar al tenis de mesa pero jugado con la cabeza. De ahí el peculiar nombre head (cabeza en inglés) y la terminación de tenis. ¿Y por qué se pusieron a jugar con la cabeza? Porque con la mano era demasiado aburrido...
Y, oh, señor, aquello era divertido de practicar y también espectacular para el espectador. Esencialmente se juega con las mismas reglas que el tenis de mesa pero con la cabeza y una pelota de goma, pero en este caso los participantes pueden tocar la mesa, incluso subirse en ella para hacer mates espectaculares. Eso sí, después de hacer una maniobra así debes tocar el suelo antes de volver a tocar la pelota.
El headis, la locura que llegó a 18 universidades
Lo que inicialmente parecía una frikada de un grupo de jóvenes aburridos comenzó a popularizarse entre los estudiantes, tanto que la Universidad de Sarre no tardó en ofrecer entrenamiento de headis entre su oferta deportiva. Hoy lo hacen otras 18 facultades. El FC Kaiserslautern se unió poco después. Una década después, se estima que hay cerca de 100.000 personas que practican el deporte con regularidad.
Desde 2008 se celebran campeonatos mundiales y desde 2015, también europeos. Además, en 2011 se celebra también el torneo Masters, en el que se enfrentan los 18 mejores hombres y las 8 mejores mujeres de la temporada. Eso sí, hay que decir que el nombre de algunos de estos campeones y campeonas sean Lord Voldehead, Red Hot Chili Headers Missing Pepper o Marvelous 96 le quita mucha seriedad al asunto.
Sencillo, divertido y espectacular, la receta para un deporte popular
Eso sí, refleja totalmente el espíritu amateur y gamberro del deporte. No hay más que ver algunas imágenes de los campeonatos del mundo de 2016, a medio camino entre competición deportiva y fiesta en una piscina:
El éxito del deporte es bastante sencillo de explicar. Sus reglas son simples, el material necesario es poco y barato y además es muy divertido de practicar y, sobre todo, de ver.
Para muestra, el recopilatorio de las mejores jugadas del último Mundial, celebrado el mes de julio en la ciudad natal del deporte:
Y además permite montajes tan divertidos como este (que si además acompañas con una banda sonora tan mítica como la de Zelda que da espectacular):
Y es que aunque parece sencillo, es un deporte bastante exigente, que requiere concentración, precisión y movimientos cortos pero rápidos y constantes si quieres estar a la altura de tu rival.
Así que, quién sabe, si tienes una pelota y una mesa de pimpón puedes probarlo. Quizá en unos meses acabes representando a España en un torneo internacional. Y, desde luego, te vas a reír un rato.