En el cementerio Holy Sepulchre de Coram, Nueva York está enterrado William Stuart-Houston. Quien pase por junto a su lápida puede pasar de largo pensando que es un americano más. Pero lo cierto es que se trata de una persona mucho más peculiar de lo que se puede pensar. Hasta 1945 su nombre era otro: William Hitler y era sobrino del líder nazi.
William Patrick Hitler nació el 12 de marzo de 1911 en Liverpool. Era hijo de Alois Hitler, hemanastro de Adolf, y Bridget Dowling, quienes se habían casado un año antes. Por aquella época el hombre que azotaría Europa vivía en Viena pintando cuadros. La felicidad del matrimonio del hermano mayor de los Hitler no duraría mucho y Alois se fue a dar un tour por Europa y el comienzo de la Primera Guerra Mundial le hizo imposible contactar con su familia, por lo que decidió dejar a su mujer el marrón de cuidar del niño y él se instaló en Alemania, donde en 1920 se volvió a casar de forma bigama. Eso sí, a mitad de la década volvió a contactar con su primera familia, pidiendo a Bridget que permitiese a William visitarle en Alemania.
Eso no ocurriría hasta 1929, cuando William ya tenía 18 años. Por aquel entonces, su tío ya había pasado por la cárcel, escrito el Mein Kampf y se había convertido en un candidato al poder a hombros de la Gran Depresión. Sin embargo, siguió viviendo con su madre en Inglaterra.
1933: mudanza a Alemania tras la victoria de su tío
Cuando tu tío se convierte en el presidente, y más tarde dictador, de un país es difícil rechazar la posibilidad de un buen enchufe. William no lo hizo, aunque los trabajos que le consiguió su tío no fueron gran cosa. Primero en el Reichskreditbank y más tarde en Opel, donde llegó a trabajar incluso de vendedor de coches. Aquí comenzó a partirse la relación entre ambos, y William trató de chantajear a su tío: o le daba un mejor trabajo o revelaría al mundo que su abuelo era un mercader judío.
Las cosas no mejoraron y en 1938 el Fürher le pidió que renunciase a la ciudadanía británica a cambio de un alto cargo. William se olió una trampa y abandonó Alemania, trasladándose a Londres. Allí, parece ser, volvió a tratar de chantajear a su tío, además de escribir un artículo en la revista Look titulado "Por qué odio a mi tío", que fue publicado el 4 de julio de 1939. En él, por ejemplo, acusó a su tío de ser el causante del suicidio de su sobrina, Geli Raubal, a quien presuntamente había dejado embarazada. Un ejemplar de la revista hoy cuesta unos 1000€.
Dos meses después de esta publicación, Alemania invadiría Polonia, dando comienzo a la II Guerra Mundial.
Llegada a Estados Unidos
En enero de 1939, él y su madre llegaron a Estados Unidos invitados por el magnate de los medios de comunicación William Randolph Hearst y fue allí donde les pilló el estallido de la guerra, y donde permanecieron durante buena parte del conflicto. En 1944, William realizó una petición especial al Presidente Roosvelt, que le permitió alistarse en la marina.
Cuenta la leyenda que el oficial que le recibió, al ver su apellido, le dijo "encantado de verte, Hitler". Sirvió como farmacéutico hasta 1947. Su participación en la guerra comenzó tarde, pero fue suficiente para recibir el Corazón Púrpura al ser herido en combate. Corrió mejor suerte que su hermanastro, Heinz -hijo del segundo matrimonio de Alois- quien sí fue un furibundo nazi y murió en 1942 tras ser capturado por los soviéticos.
Cambio de apellido y vida en Estados Unidos
Tras la guerra, decidió que compartir apellido con la persona más odiada de la historia no era muy buena idea, por lo que decidió cambiarse el apellido por Stuart-Houston, se casó y se mudó a Patchogue, Long Island, donde fundó un laboratorio de análisis de sangre y tuvo cuatro hijos. Murió en 1987 con 76 años.
Ninguno de sus hijos ha tenido descendencia, por lo que la familia de Adolf Hitler no tendrá continuidad.