Cuando el famoso hilo de Bartual y García daba sus últimos coletazos, Twitter ya buscaba un nuevo salseo en el que centrarse. José Manuel Soto lo intentó muy fuerte, pero el cómico gallego Rober Bodegas le adelantó con un simple acelerón.
Resulta que Bodegas, que ya hemos dicho que se dedica al humor, hizo un monólogo en el que se metía a analizar algunas de las facetas menos populares de los gitanos. Que si vendían droga, que si lo del pañuelo, que si no seguían unas normas sociales... Vamos, lo típico que podrías haber comentado tú entre colegas después de pronunciar la famosa frase de "yo no soy racista, pero".
Total, que a algunos gitanos el tema no les ha sentado bien. Una de las asociaciones más mediáticas, presidida por el famoso Sinaí Giménez, lanzó un comunicado indignándose muy fuerte al tiempo que Bodegas, de vacaciones en el extranjero, escribía otro denunciando que le habían llegado unas 400 amenazas de muerte.
Éramos pocos...
Porque claro, pasas de ser muy civilizado e integrado a decirle a un tío que lo vas a matar por unos chistes. Lo normal. O sea, que tenemos a Bodegas, a Sinaí, a 400 asesinos tuiteros y ¿quién falta? Primero se enciende a sí mismo la vela en el entierro el humorista andaluz Manu Sánchez, que aquí ha venido a ejercer del cobarde del patio que te mete dos pataditas cuando los matones ya te han tumbado en el suelo.
Por otro lado, demostrando con hechos que lo del poco sentido del humor no va con la etnia está el cómico gitano Dani Acosta, que le ha echado un capote a Bodegas. Y, por último, los que no fallan nunca: indignados, ofendidos, moralistas y de más estereotipos de Twitter que se apuntarían a un bombardeo si fuera preciso.
Para hacerlo todo más fácil, Chucki (@chuckiclampy) nos ha regalado una infografía que viene muy bien tener a mano:
De momento, lejos de calmarse las aguas, Rober Bodegas ha vuelto a tuitear este miércoles, avanzando que va a ponerlo todo en manos de la Policía:
Lo cierto es que esos 400 que han amenazado al cómico todavía no tienen muy claro dónde se están metiendo, tal y como resumía un tuitero a uno de ellos: