El psicólogo Jahn Ray recibió en su consulta un manuscrito titulado Lolita y firmado bajo el pseudónimo de Humbert Humbert, un autor fallecido en la cárcel por trombosis. Era un profesor de literatura francesa obsesionado con adolescentes que viaja a Estados Unidos y alquila una habitación en un pueblo de Nueva Inglaterra, en la casa de Charlotte Haze.
Fue allí donde vio a su hija Dolores, Lolita, tomando el sol en el jardín. Allí se enamora y allí empezó el mito escrito por Vladimir Nabokov, llevado posteriormente al cine por Stanley Kubrick (1962) y Adrian Lyne (1997). Pero quizás el escritor ruso afincado en EE.UU. no solo tiró de su imaginación para contar la famosa historia en su libro publicado en 1955.
El 20 de agosto de 1952, una cría de 15 años llamada Florence Sally Horner moría en extrañas circunstancias a causa de un accidente de tráfico en Woodbien, Nueva York. La prensa de la época no ahondó demasiado en las circunstancias de la tragedia, pero sí en la historia de la joven, raptada a los 11 años por Frank LaSalle para convertirla en su esclava sexual durante casi dos años.
Sally había logrado escapar en 1950 y salió a la luz su calvario. El criminal la había convencido para que mintiera a su familia, la había obligado a mantener relaciones sexuales con él y ha había secuestrado para llevársela en un periplo por todo el país. Nabokov descubrió y estudio el caso al detalle.
Una inspiración evidente
El escritor llevaba más de diez años trabajando en su novela y este caso, aseguran los expertos, le ayudó a desarrollar la trama. Un recorte de prensa entre los documentos hallados de Nabokov lo confirma. Es más, el literato tenía la intención de que la historia de Sally saliese directamente en la novela, haciendo que Humbert leyera la noticia de su secuestro en el motel donde violó por primera vez a Lolita.